Mi nombre es Cristóbal y está es mi historia de cómo me convertí en un adicto a los estupefacientes.

Mi infancia fue complicada por mis figuras paternas, nunca estaban presentes ya que siempre se mantenían ocupados en el trabajo. No éramos de altos recursos, pero siempre daban lo mejor de ellos para darme lo mejor.

En la mayor parte de mi vida me cuidaba mi abuela, y odiaba quedarme con ella, no porque era mala, si no por el simple hecho de no poder estar con mis padres, y no poder tener su atención, por eso me portaba rebelde con mi abuela, por lo general mi abuela era algo estricta conmigo por mis actitudes, ya que le generaba desconfianza. Nunca me faltó nada, aunque si una sola cosa, lo más importante, el amor de mis padres.

Todo comenzó cuando tenía 17 años, a veces solíamos salir más temprano así que me iba con unos panas y uno de ellos me dijo que lo probara ,pero yo no estaba tan seguro en hacer lo así que para ese momento no lo probé.

Fue entonces al salir de bachillerato cuando deje ser el niño de la casa a tomar responsabilidades que empance la nueva vida de universitario y luego tener que trabajar ya que por cosas de la vida mis padres se divorciaban.
Yo al principio no sabía que estudiar, así que me fui por estudiar idiomas, profesor de inglés.
Era respectivamente bueno siempre me gusto, pues yo prácticamente era lo único que me mantenía feliz.

Un día al llegar a casa mi padre se había ido sin decir adiós y ahora yo he tenido que tomar las cartas en el asunto llegar a estudiar y aprobar mis exámenes y trasnocho de mi trabajo como traductor.

Poco a poco ya no puedo más y me voy a respirar aire y veo alguien ofreciendo algo a escondidas.
En eso yo decido comprárselo para ayudar lo, pero termine adicto ahora era parte de mí.

Ya al tener 19 años y estar con problemas mas grande .
Cuando paso de semestre, conozco una chica pues me ha llamado la atención y comienzo tratar con ella, una chica muy risueña y bastante tímida.

Yo solo compartía tres veces a la semana, una clase con ella al trascurso de conocerla me gusta hablar todas las noches y los fines hasta la amanecer.
Me la pasaba muy bien que llegue a tener tanta confianza que supo mi adicción y mis problemas hasta me a acompañaba al psicólogo.

Para ser un chico que no le agrada casi nadie y soler ser solitario, ella me comprendía tanto que era una manera de escapar de realidad solo de modo de soñar y saber pensar con claridad.

Vanessa se volvió más que mi amiga mi chica, nadie se había preocupado como ella lo hace.
Mi ángel que me dejo curar y luchar por lo que quiero .porque aunque vuelva a mi tristeza ella con su simple sonrisa me motiva.

Ya tenemos 22 años y seguimos juntos no se si es mi chica para siempre solo se que la adoro y no me arrepiento de los malos ratos que pasamos por que lo superamos y eso es lo que importa.
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