He vuelto a una cima, de nuevo he sentido el poder que solo subir a lo más alto nos da, pero esta vez, mi diosa de la montaña no me ha acompañado a hacer cumbre.
Subí a esa cima, con la esperanza de encontrar a mi diosa allí arriba, pero no estaba, las diosas de la montaña dejan de ser un solo ser y de nuevo son seres independientes.
Respiré profundamente, tratando de tomar al aire menos viciado y de encontrar aquellas micro-partículas que tú ya hubieras respirado previamente a mí, para volver a percibir tu presencia, para poder sentirme un poco más cerca de ti, de tu naturaleza.
[Foto Propia]
¡Sí! Puedo parecer un loco, pero pienso en esas cosas, cuando estoy arriba por mi mente pasan ese tipo de pensamientos, observo la composición de todo, la flora, fauna, los colores de cada porción de suelo o cielo.
Pero además, trato de percibir cómo me hubiera sentido en ese lugar junto a mi Diosa de la Montaña, qué hubiera hecho ella en ese lugar y quiero sentirla más cerca de mí, tomando prestadas del aire esas partículas que tú ya respiraste en algún momento de tu existencia, para hacerlas mías para siempre.
Por eso, cojo aire y trato de no soltarlo el máximo tiempo posible, es en una cima donde más se acercan nuestras esencias.
Volveré una y otra vez a nuestras cimas, te encontraré…
Mientras tanto, te pienso…