La palabra semanal: HUMOR

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   El primer registro del uso de la palabra de esta semana, se lo debemos a Hipócrates de Cos, el Padre de la Medicina y el primero en realizar diagnósticos sobre las enfermedades que afligían a los hombres de su época, considerada como la Edad de Oro de Grecia. Gracias a sus estudios, basados principalmente en la observación del individuo durante el estado sano y enfermo, dejamos de creer que las enfermedades eran algo sobrenatural y, por lo tanto, asuntos de sacerdotes, para verlas como un mal natural de las que debían hacerse cargo los médicos.

   Los conocimientos y enseñanzas de este maestro, se encuentran en los “Escritos hipocráticos”, compuestos por más de cien libros y monografías; aunque se cree que él no es el verdadero autor de dichos textos, sino quien los inspiró debido a la fama que tenía, por la cual llegó a ser catalogado de leyenda.

   La teoría de Hipócrates, aseguraba que la salud tenía por base el equilibrio de los humores del cuerpo, a los que él llamó “Humores cardinales del organismo”:

Sang (sangre), phlegm (pituita), choler (bilis amarilla) y melancholer (bilis negra). La sangre tenía su origen en el corazón; la pituita en el cerebro; la bilis amarilla, en el hígado; y la bilis negra, en el bazo.

Esta teoría, ulteriormente desarrollada por Galeno y los árabes, fue utilizada para explicar los diversos tipos constitucionales humanos, así como todas las enfermedades. La gente era supuestamente sanguínea (optimista), flemática (indolente), colérica (irritable) o melancólica (triste) según el humor predominante en ella”.

Busto de Hipócrates en el Museo Pushkin

   Con dicha teoría, Hipócrates destacó la importancia de la observación meticulosa y la redacción detallada de la historia clínica. Estar saludable o tener buen humor, significaba no carecer ni excederse en ninguno de los humores mencionados anteriormente. Los tratamientos para restablecer el equilibrio de estos humores, consistían en dietas, medicamentos y cirugías.

   La teoría dominó el pensamiento médico durante más de dos mil años, hasta que en el siglo XVI, Paracelso la hizo tambalear con sus estudios. A partir de ahí, se descubrió que muchas ideas en los “Escritos hipocráticos” eran equívocas; aunque algunos postulados siguen teniendo vigencia.

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   Por esta razón, no es de extrañar que al buscar el origen de la palabra encontremos que proviene del latín humor, -õris, que significa “líquido de cualquier clase”; “humedad”; “los humores de cuerpo humano”. Mientras que en las acepciones del “Diccionario de la lengua española”, vemos que significa: “Cualquiera de los líquidos del cuerpo del animal”; “Genio, índole, condición, especialmente cuando se manifiesta exteriormente”; “Jovialidad, agudeza”; “Disposición en que uno se halla para hacer una cosa”.

   No fue sino hasta el siglo XVII, en Francia, que la palabra humeur empezó a usarse con el sentido que la conocemos hoy para referirse a las personas bromistas. Más tarde pasó al inglés como humour, con el mismo significado, pero un matiz diferente, por lo que el humour se convirtió en una forma de ver el mundo y las cosas. De allí que los mayores humoristas sean ingleses y que sean ellos quienes popularizaron la frase sense of humour, “sentido del humor”.

   Aunque tener sentido del humor es una cualidad innata de la humanidad, porque todos tenemos la capacidad de percibir lo absurdo y lo ridículo. El humor primitivo es salvaje y sardónico, y toma pie de lo sexual, lo violento y de una exageración grotesca. A medida que surgieron las civilizaciones, el humor se volvió algo más disimulado y, al mismo tiempo, sofisticado, para ser visto más tarde como “algo más que ingenio”. Sin embargo, algunos filósofos aseguran que el humor es algo imposible de definir, porque sus fronteras son elásticas, tan flexibles como los linderos de lo cómico y lo ridículo.

   Tras una mirada rápida a la historia del arte y la literatura, encontramos que el humor está presente en las novelas, las obras de teatro, la música jocosa, la poesía y el cine; incluso en algunos periódicos o revistas que trabajaban con ilustradores para brindar información cargada de un humor audaz para lectores inteligentes.

   No obstante, su mayor profusión la podemos ver actualmente en las redes sociales, donde los memes y los vídeos ridículos ocupan el primer lugar cuando hablamos de entretener a través del humor; aunque la mayoría de las veces este sea vacío y no aporte nada al espectador.

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Referencias:

• Real Academia Española. (1992). Diccionario de la lengua española (21a ed.).

• BIBLOGRAF, S. A. (1972). Diccionario Ilustrado SPES, Latino-Español / Español-Latino (9na ed.).

• Fisas, C. (2da.). (1995) . Palabras que tienen historia. Planeta.

• AA. VV. (1965). Monitor. Enciclopedia Salvat para todos. Salvat, S. A. de Ediciones.

• Wells et. al (1964). Gran Enciclopedia del Mundo. DURVAN, S. A. de Ediciones.

Diseño:

  • Photoshop CS6

Recursos gráficos:

Lupa.

Libro.

Estantería de libros.

Pergamino.

Publicaciones anteriores:

La palabra semanal: DUENDE
La palabra semanal: TIEMPO
La palabra semanal: ALMANAQUE
La palabra semanal: TRABAJO
La palabra semanal: MENTIRA
La palabra semanal: LIBRO
La palabra semanal: INTRODUCCIÓN

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