Tarea pendiente — Relato corto

png_20221221_105439_0000.png

Sora Shimazaki


Hay un zumbido intenso resonando en mi oído, pero solo puedo pensar en mi trabajo. Me molesta cuando el café se enfría, por eso tomo sorbos rápidamente; pero luego me resulta más molesto que se acabe tan rápido. Para empeorar todo, sé que levantarme para buscar otra taza no hará bien al proceso en el que he invertido tres horas seguidas.

Tal vez necesito una hora más; tal vez sean otras tres. De cualquier manera, estoy perdiendo la concentración rápidamente y eso acabará por detenerme. Agito las piernas, me estiro, suelto un suspiro y miro el reloj. Son las nueve y media.

Ayer decidí pasar todo el día descansando por mi salud mental, y extendí mi reposo hasta hoy en la tarde sabiendo que debo entregar este trabajo en la mañana. Creo que una vez más debo descansar, al menos por unos minutos, pero dudo de mi capacidad de retomar el ritmo que necesito para terminarlo a tiempo.

Ya no importa. Voy por más café y unas galletas. Hay un crudo silencio que no había notado hasta ahora. Debería calmarme, pero no es así. Este silencio me oprime martilla mi cabeza. Mejor pongo música, la más ruidosa que haya en mi playlist. Es demasiado placentero agitar la cabeza con un poco de buen death metal mientras voy camino a la cocina.

Este termo siempre me engaña. Pesa tanto que nunca puedo estar seguro de que esté vacío. Para mi mala suerte, lo está. Pero no es nada que pueda lamentar. Los placeres no llegan por sí mismos, hay que buscarlos. A veces te toca preparar el café.

Hay que mantenerse en pie para poner el agua en la cafetera y esperar a que hierva. Debo seguir en el escritorio hasta que todo esté listo y pueda dormir en paz. Mañana tendré una simple palmada en el hombro, pero mi mejor reconocimiento será saber que he hecho lo que tenía que hacer.

Ya puedo oler esa infusión de semillas tostadas que acelera mi pulso y reduce mi somnolencia. No sé qué tiene de especial, pero me encanta. Prefiero esto antes que tomar bebidas sintéticas y enlatadas. La cafeína viene mejor si se toma en color café. Quedan solo cuatro galletas. Qué decepción. Todo lo que me gusta se acaba muy rápido.

Regreso a mi escritorio con una taza coronada por vapor. El aroma ocupa toda la habitación, y eso me encanta. Cuando pongo la tasa en el escritorio, noto que hay una mosca amenazando con suicidarse solo para arruinarme la bebida. Parece que se arrepiente y decide vivir un poco más. Seguramente para encontrar otra forma de fastidiarme. Entonces, la pierdo de vista.

Como esperaba, ya he perdido el impulso que tenía. Miro una página escrita a medias sin tener idea de como completarla. Tal vez debo cambiar el género que resuena en mis auriculares. ¿Instrumental? ¿Relajante? No me siento relajado, pero tampoco ansioso. Solo siento un poco de fluidez en mis pensamientos.

Hay algo en la música que me relaja, pero no siempre. Por ejemplo, hace una semana estuve en la misma situación, pero tuve que escuchar mi propia elección de música para cancelar el ruido de una escandalosa fiesta en algún lugar muy cerca de aquí. Esa música era horrorosa. No me provocaba más que enojo y frustración.

Ahora mismo, con una tarea que completar y la total seguridad de que voy a trasnocharme, siento que me he acostumbrado a hacerlo todo porque debo y no porque quiero. Últimamente me ha dado por preguntarme a mí mismo qué quiero, pero la única respuesta que me doy es «volver a hacer lo que me gusta». Luego me pregunto: «¿acaso no lo estoy haciendo ya?»

Hace tres años, cuando inicié en este trabajo, recuerdo que me sentía feliz por haber empezado a vivir de algo que disfruto. Era uno de esos momentos en los que piensas que cumples un sueño, pero siento que la realidad me ha hecho despertar. Al principio todo parece entretenido, pero eventualmente se vuelve fastidioso.

Ahora se me hace difícil disfrutar lo que hago por responsabilidad. Últimamente me canso rápidamente, me siento constantemente bajo presión, y cuando intento descansar, como ayer, siento que estoy dejando de lado cosas importantes y no logro relajarme.

No sé qué quiero en realidad. Creo que nunca lo he sabido. Tal vez no puedo escapar de esta sensación y esa idea ya no me asusta, y a veces pienso que simplemente me rendí ante ella. Esto es parte de la vida y se supone que debo aceptarlo… ¿verdad?

Esa puta mosca está parada justo en la pantalla. Hago que vuele con un manotazo al aire. No soy tan idiota como para golpear el monitor. La taza ya está medio vacía y por fin, estoy avanzando de nuevo. Debo dejar de lado mis pensamientos por ahora. Esa mosca morirá eventualmente y vendrá otra a molestarme mañana. Solo espero que tampoco tenga deseos de nadar en café caliente.

Separador.png

📷 Imágenes | Pictures: Pexels

✂️ Separador | Separator: @huesos

✒️ Edición | Edition: @huesos

firma.gif


More on Literatos | Más en Literatos


Other posts by Eddie Alba | Otros post de Eddie Alba


Recommended posts | Posts recomendados

H2
H3
H4
3 columns
2 columns
1 column
Join the conversation now
Logo
Center