El condenado del 17 de septiembre | Relato corto |

El condenado del 17 de septiembre

   

    Giles fue arrastrado desde su celda hasta el patio. Ahí estaba el juez Sewall junto a un clérigo y otras dos personas que no reconoció porque llevaban máscaras. Dedujo que estos últimos serían los encargados de torturarle; estaba en lo cierto.

    —Giles Corey —dijo el juez Sewall, que estaba ahí para darle una última oportunidad de declarar —, se le acusa de blasfemia y practicar la brujería junto a su esposa, Marta Corey. ¿Brindará su declaración para proceder con el juicio frente a estas acusaciones?

    —Soy inocente —respondió Giles —, pero ustedes ya me han condenado antes del juicio. Si declaro seré tratado como escoria, me ejecutarán y mis tierras, por las que tanto trabajé, quedarán en manos del gobierno —respiró hondo, negó con la cabeza y continuó: —No me declararé culpable de crímenes que no cometí.

    —Entonces —suspiró el juez —, de acuerdo a la ley, será sometido al peine forte et dure hasta que esté dispuesto a declarar. Adelante —indicó a los torturadores, haciéndoles una seña con la mano.

    Peine forte et dure era el nombre que las autoridades le daban al método de tortura conocido por los pobladores como la tortuga. Consistía en un tabique de madera dura de forma cuadrada, donde acostaban y amarraban al acusado, y otro igual que era puesto sobre él. Una vez preparado comenzarían a arrojar enormes piedras encima de Giles hasta que se declarase culpable o muriese aplastado.

    El proceso inició y él sintió el peso de las primeras rocas junto con los comentarios repetitivos del sacerdote: «confiesa y termina este letargo», «Dios sabe tus pecados», «Solo arrepintiéndote hallarás la salvación». En respuesta Giles repetía: «¡Más piedras!, ¡más piedras!», siempre había sido muy testarudo. Aún cuando sus órganos comenzaron a reventarse y vomitó sangre a cantaros solo dijo «más piedras». Así se mantuvo hasta que, dos días después, murió.

    Al no haber sido formalmente sentenciado, conservó sus tierras. Estas fueron heredadas por sus yernos, como indicaba en su testamento.



Foto de @fotorincon12 click aquí para ver sin edición

   

XXX

Este relato corresponde a mi participación en el Concurso de escritura, edición magia en Salem: Los juicios de 1692, organizado por el usuario @fuerza-hispana. ¡Les invito a que se animen a participar!


   

¡Gracias por leerme! Espero que te haya gustado, y gracias de antemano por tu apoyo.

Aclaratoria:

    Este relato es una mezcla entre hechos reales y ficticios.

    Algunos personajes existieron realmente: Samuel Sewall fue el juez encargado en la acusación por brujería a Giles Corey y su esposa. Corey murió aplastado por la tortuga el 17 de septiembre de 1692.

    Los diálogos y demás personajes, además de cómo transcurre la historia, son parte de mi invención. Otros hechos están modificados. Anexo algunos artículos de Wikipedia de donde leí un poco al respecto sobre los juicios de Salem y este caso en específico:

Juicios de Salem
Giles Corey
Tortuga (método de tortura)
Cronología de los Juicios de Salem

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