En la interacción planta-planta, un árbol “abrazando” a otro.

Titulé esta esta entrada como ‘un árbol “abrazando” a otro’ porque muestro unas fotografías en las que parece eso hiciera, aunque también la pude titular como 'un árbol "estrangulando" a otro' pero no me pareció eso hiciera. Previamente comentaré sobre algunas interacciones planta-planta.

Las plantas interactúan entre ellas de diversas maneras. Seguidamente, la especie en la fotografía pertenece al género Phthirusa. Es una planta hemiparásita, es decir, exhibe una estrategia única de adquisición de recursos combinando parasitismo de otras especies y actividad fotosintética propia. La planta se encuentra hemiparasitando a un arbusto comúnmente llamado "azahar de la India" (Murraya paniculata).

Esta planta hemiparásita, utilizando unas estructuras invasoras llamadas haustorios, penetra en los tejidos del arbusto para extraer agua y nutrientes, como se aprecia en la fotografía a continuación.

Aclaro, que una planta hemiparásita se diferencia de una parásita, en que una parásita ha desarrollado una fuerte dependencia de su planta hospedadora, incluso hasta el punto de perder su capacidad para realizar la fotosíntesis.

Otra interacción entre plantas es la inosculación, o proceso de intercrecimiento entre dos o más raíces, ramas o tallos de una planta. Las inosculaciones son una característica estructural central de las "plantas estranguladoras" de crecimiento natural y se da en especies que no son estranguladoras; como el árbol Sauce Blanco (Salix alba).

Las inosculaciones en plantas proporcionan un soporte estructural esencial a los árboles y permiten, a través de su crecimiento común, la distribución tanto del agua como de las cargas mecánicas entre elementos que, de otro modo, estarían separados. En la inosculación, el cámbium o meristemo secundario (tejido vegetal meristemático) vivo de dos o más brotes o raíces se une y genera un anillo de crecimiento común.

En algunas especies, como Ficus elastica, muchas raíces aéreas inosculadas pueden formar una red con funciones tanto fisiológicas como mecánicas, distribuyendo y reduciendo las tensiones mecánicas, y proporcionando múltiples vías de agua o nutrientes.

Se encuentran las epífitas, cuyo crecimiento es colgante en las cortezas de los árboles, en el tronco o ramas primarias, secundarias o en la unión de ramas. Este tipo de plantas se nutre del humus que se encuentra en la corteza del árbol o en la región donde se hospeda, el humus se forma de lo que trae el aire, como restos orgánicos, partículas y agua. Las bacterias y hongos descomponen las hojas caídas, animales muertos y otras partículas orgánicas hasta formar un manto protector alrededor de las raíces y tallos de las plantas. Esta capa de humus mantiene el agua y ciertas cantidades de sales minerales. En la fotografía a continuación se pueden ver a varias plantas epífitas sobre una rama primaria de un árbol conocido popularmente como Samán (Samanea saman, sinónimo Pithecellobium saman).

En la fotografía anterior predominantemente las plantas epífitas son las especies Epiphyllum hookeri (a la izquierda en la siguiente fotografía) y Rhipsalis baccifera (a la derecha en la siguiente fotografía); ambas cactus epífitos.

En la interacción con el árbol Samán, ambas plantas no son parásitas porque no obtienen agua y nutrientes del árbol Samán, sino que las dos plantas realizan la fotosíntesis y fabrican su propia materia orgánica a partir del humus.

La fotografía a continuación es un caso en el que un cactus del género Cereus, que no es un cactus epífito sino que debería estar creciendo en el suelo, se encuentra creciendo sobre la rama de un árbol Samán. Por alguna razón, probablemente, un ave o murciélago consumió fruto de cactus de ese género en algún lugar cercano y de alguna forma trasladó sus semillas hacia ese árbol Samán.

Existen otras plantas que son hemiepífitas, las cuales se caracterizan porque en una fase de su ciclo de vida se desarrollan sobre otra planta, denominándose hemiepífita primaria si la semilla, por ejemplo, dispersada por un ave, germina sobre la planta hospedadora y luego desarrolla su sistema radicular a partir de raíces descendentes que crecen hasta que finalmente se fijan en el suelo sirviéndoles como soporte estructural adicional, y hemiepífita secundaria si germina en el suelo y posteriormente sube a la planta hospedadora. La fotografía a continuación es de una planta hemiepífita primaria; pero no identifiqué la especie.

Entre las hemiepífitas primarias, existe un grupo muy particular al que se le conoce comúnmente como "plantas estranguladoras". Este grupo tiene la característica de envolver con su sistema radicular a sus plantas hospedadoras, y aunque nunca obtienen nutrientes de su planta hospedadora, a medida que las raíces se hacen más gruesas, aprietan, o "estrangulan", a la planta hospedadora, cortando el flujo de nutrientes a lo largo de su sistema vascular y, finalmente, matándola. Uno de estos tipos de "plantas estranguladoras" son las especies del género Ficus (aunque no todas son "estranguladoras"), conocidas como "higueras estranguladoras". Destaco que, estas higueras no se benefician de la muerte del hospedador y en la interacción higuera-planta hospedadora, la higuera tarda años en matar a la planta hospedadora, sobreviviendo porque se mantienen solas como un cilindro hueco de raíces más o menos fusionadas. Otras "plantas estranguladoras" son algunas especies del género Clusia.

Por otro lado, es de hacer notar, que las higueras hacen menos probable que sus plantas hospedadoras sean arrancadas de raíz en las tormentas severas, en parte, por la fijación a puntos de enraizamiento en el suelo, y la cubierta vegetal añadida por las higueras que protege a las hospedadoras de los vientos.

Estas plantas estranguladoras pueden colonizar ruinas antiguas y paredes de edificios en zonas urbanas, aunque las ruinas y las paredes en este caso serían analogías de las plantas hospedadoras, resaltando que no pueden estrangularse

Todo lo escrito anteriormente sobre algunas interacciones planta-planta, fue consecuencia de una búsqueda tratando de explicar un caso que encontré en una montaña del Parque Municipal “Casupo” (Valencia, Carabobo, Venezuela). El caso fue el de dos árboles de considerable altura de especies diferentes creciendo juntos, y con la particularidad, de que en la base de ambos hasta una altura de menos de dos metros uno de ellos se encontraba “abrazando” al otro. En siguientes fotografías muestro la interacción entre los dos árboles.

De uno de los árboles, del tallo emergieron raíces que “abrazaron” al otro y las raíces, verifiqué, no penetran al otro para extraer agua y nutrientes, por lo que no es un árbol hemiparásito. Asimismo, en los dos árboles ninguna de sus partes se encontraba unida de tal manera que permitera suponer una distribución de agua o nutrientes entre ambos, es decir, un proceso de inosculación.

Evidentemente, a ninguno de los dos árboles se les puede considerar epífitos, porque no hay un crecimiento colgante de uno sobre otro y ambos se nutren del suelo y no de humus en el tronco o ramas, y está de más decir, que no es el caso un árbol que crece en el suelo pero se encuentra desarrollándose encima de otro, como el cactus del género Cereus que comenté.

Tampoco se trata de un árbol que inició su desarrollo arriba de otro extendiendo sus raíces hacia abajo hasta fijarlas al suelo (hemiepífito primario) o de un árbol que inició su desarrollo en el suelo para luego subir al otro (hemiepífito secundario), porque evidentemente, los dos árboles iniciaron su desarrollo en el suelo, uno al lado del otro, y con el tiempo continuaron creciendo paralelamente.

En general, el caso no cumple con ninguna de las interacciones planta-planta que consulté. Se trata de dos árboles de especies distintas creciendo juntos, que cuando alcanzaron una considerable altura, en algún momento uno de ellos generó raíces, curiosamente la mayoría horizontales, que terminaron “abrazando” al otro. Quizás, identificando a la especie del árbol que “abraza”, se podría indagar si existe información relacionada con el caso.

El árbol “abrazando” al otro se puede ver en el siguiente video que elaboré.

Por otro lado, la interacción planta-planta puede derivar en que las plantas eviten interactuar entre ellas como consecuencia de la interacción.

Las copas de los árboles están sometidas a la influencia del viento y las colisiones resultantes pueden conducir al rompimiento de las ramas y abrasión del follaje. En ese sentido, como las ramas son dañadas por la fricción, algunas especies de árboles optan por dejar un espacio entre las copas y así evitar el daño de tejidos que podría, incluso, limitar su crecimiento cuando están creciendo. Este hecho es conocido como el "fenómeno de timidez" o "timidez botánica", en el que un grupo de árboles mantiene sus copas alejadas entre sí, para respetar una distancia que se conoce como "grieta de timidez" o "ranura de timidez", que puede en algunos casos llegar a medir entre 10 y 50 centímetros. La siguiente imagen es un ejemplo.

Crédito: KenWalker (Wikimedia Commons) CC BY 2.0.

En general, la "timidez botánica" se basa en un "efecto de onda" entre árboles dominantes y suprimidos, unos árboles extienden sus copas más allá de su espacio de crecimiento, mientras que otros, ceden parte de su espacio a los árboles dominantes.

Referencias

Fotografías, y videos dentro del video, capturados con cámara digital Panasonic DMC-FH4.

H2
H3
H4
3 columns
2 columns
1 column
Join the conversation now
Logo
Center