Cuando realizamos un viaje queremos que sea totalmente diferente, y cuando hablo de diferente... Me refiero a nuevo, algo jamás experimentado. Y así fue como en mi viaje a La Gran Sabana mi paladar pudo percibir sabores particulares.
Recuerdo que una noche en el campamento que nos encontrábamos; Lucy la encargada de atendernos en nuestra estadía en La Sabana, nos hizo una cena muy importante para ellos, pues se trataba de una tradición antigua de su comunidad. Era una cena que se realizaba con el fin de compartir amorosamente con todos los que se encontraran en la mesa. Principalmente se recitaban unas palabras para dar inicio con la cena, esta constaba de grillos, salsa picante de Bachaco culón, un consomé de pollo, casabe y una bebida a base de yuca fermentada.
Primero se tomaba una presa de pollo del consomé, se tomaba el casabe, se mojaba en el consomé, se tomaba el grillo y se colocaba sobre el casabe y si gustábamos podíamos poner la salsa picante; que particularmente me pareció súper picante... Yo le puse un poco y sin embargo me pico mucho, pero para eso había una solución; la bebida de yuca. Pues dicha bebida calmaba el picor de la salsa.
En una caminata realizada en el viaje; tras horas de camino, nos topamos con una colmena de termitas. Los guías emocionados nos detuvieron para explicarnos que era y entre los comentarios nos dijeron que se podían comer, todos muy asombrados decidimos probar. Debíamos tomar una rama fuerte, larga y delgada e introducirla en la colmena; al hacerlo la rama salía repleta de termitas. Su sabor era muy parecido a la hierbabuena.
Durante mi estadía en La Gran Sabana también pude disfrutar del popular Helado de Moriche, elaborado con el fruto de la Palma de Moriche. Un helado delicioso y dulce con el que te puedes refrescar mientras das un paseo por la zona de artesanías.
