Por si alguna vez te has preguntado cómo se ha pasado de cazar mamuts a pagar +200 millones por Neymar.
En un principio, la actividad física se centraba en buscar alimento, protegerse y defenderse de los posibles depredadores y peligros del medio: los hombres debían medir sus fuerzas con la naturaleza (caza y pesca) y competir con sus semejantes por la conquista de los recursos disponibles (competencia biológica intraespecífica).
A medida que los pueblos aumentaban su complejidad, la actividad física comenzó a mezclarse con otras manifestaciones humanas como la danza, la lucha e incluso la religión (eran comunes las ofrendas a las distintas presencias sobrenaturales en forma de actividades físicas de carácter lúdico).
Habría que esperar hasta la aparición de la Antigua Grecia para observar el desarrollo de una noción de cultura integral en la que lo cotidiano, el arte y el deporte compartían espacio en lo que se conoce como Juegos. Para atestiguar el peso del deporte durante esta época valgan dos hechos: no había funeral sin fiesta deportiva (Aquiles ordena la celebración de una competición para honrar la memoria de Patroclo) y a uno de los mayores representantes del pensamiento humano lo conocemos no por su nombre de pila sino por el apelativo puesto por sus compañeros, Platón se podría traducir como espaldas anchas (no homo, aunque de los griegos ya se sabe).
Si os fijais este concepto de deporte no es el que ha llegado hasta nuestros días, ¿cuándo se empezó a torcer todo? bueno, durante el Imperio Romano el fenómeno deportivo adquiere un enfoque pragmático que se resume con la archiconocida exclamación panem et circenses.
El deporte siguió desarrollándose, a caballo de la cultura y el accionar de los hombres, y es en el siglo XVIII donde, con la Revolución Industrial como testigo, pasa a convertirse más o menos en lo que conocemos hoy como tal: un espectáculo de masas donde el fin del mismo es el estímulo de los consumidores. Para muchos, el deporte moderno es un gigante con pies de barro: manipulación ideológica, obstinación por el rendimiento, desmedido afán de victoria e intereses comerciales y económicos cobran cada vez mayor importancia