Al principio estaba un poco confundida con el título de hoy: por las personas que decidieron salir voluntariamente de tu vida. Decidieron… Voluntaria… son palabras que resuenan en mi mente y las sigo reemplazado con arbitraria, bruscamente, por su bien, arrancar. Viviendo una realidad como la de nosotros en Venezuela, la gente cercana a ti se distancia porque tienen que emigrar, hacer nuevas vidas y les toma tiempo reconectarse con todas las personas que conocían, siempre va primero la familia y los amigos más, más cercanos; y hablando de esto dejé por fuera el sistema de salud. Entonces, estas personas no salieron de mi vida porque fue una decisión mutua o fue voluntariamente, debían hacerlo, que para mí es muy distinto y se trataría de un agradecimiento diferente.

También, no sé si es que soy muy despistada pero es posible que no me haya dado cuenta que alguien haya salido de mi vida y realmente si esa persona ya no está ahí, no me hace falta.

Tuve un largo rato de reflexión antes de sentirme lista para agradecer sobre este tema y si logré pensar en algunas salidas voluntarias. Así que esta fue mi conclusión y mi agradecimiento:

Las personas entran y salen de tu vida, te enseñan y te mal crían, te dan y te quitan, te abrazan y te empujan. Independientemente del por qué esa persona estuvo ahí para ti durante tu vida es experiencia, y el por qué salió también lo es. Hay personas que se alejan físicamente pero nunca se apartarán de tu vida y hay otras que se convierten en fantasmas y son imposibles de contactar. Ser capaces de aceptar el cambio es lo crucial para seguir adelante y construir el camino por donde transitas o transitarás en el futuro..

Agradezco a todas las personas que han pasado por mi vida y me han entregado experiencia y, como dije antes, si ya no están o se convierten en fantasmas es porque ya no los necesito y lo que me dejaron ya está bien aprendido. Les doy gracias por haberme enseñado y formado para vivir una vida mejor.