Ser libre de pensar, hacer, andar, hablar, sentir, expresarse, apreciar, comer, vivir… mientras más cosas pienso, más me doy cuenta de que hay personas que no pueden tenerlo. Toda mi vida he sido libre, así me enseñaron a vivir y no sé cómo es no tenerla. Aunque si he tenido poco tiempo con pocas libertades, por la situación mundial y la cuarentena, y también he vivido con miedo por la salud de mis seres queridos pero al convencerme que es por nuestro bien y que no será para siempre no me siento atrapada. También es una cuestión mental que debemos tomar, aceptar o transformar porque podríamos estar encerrados en nuestra propia mente y eso nos puede debilitar.

Agradezco ser libre de sentir lo que quiera y expresarme para que no me quede nada por dentro, me cuesta un poco pero si deseo hacerlo tengo esa libertad. Estoy agradecida por poder elegir a mis amigos y decidir cual es el trabajo que quiero tomar. Soy libre de escuchar lo que quiero y rechazar lo que no, de tomar mis decisiones en el amor, tener libre pensamiento y de discutir con mente abierta con otras opiniones.

Ser libre es una decisión, al igual que ser feliz y amar. Yo elijo ser libre.