Descubrimiento
Me descubrí admirándote
como nunca creí que podría hacerlo.
Me descubrí deslumbrado en cada mínima ocasión
en la que tuve el placer de contemplarte.
Me vi entre los sueños y las memorias
donde tú aparecías, y sonreía cada vez.
Era feliz con solo pensarte.
Luego de todo este tiempo atado a ti
con un querer puro y tierno, debo confesar que
me descubrí deseándote.
Me hierve la sangre al verte
de un modo incontrolable.
Sabes que mis noches son largas
y en cada una tu fantasma aparece.
Me descubrí queriendo compartir contigo
la intimidad donde hasta los ojos cuentan verdades.
Mi almohada guarda tu imagen
Para mostrármela cada vez que despierte.
Me descubrí emocionado por tus mensajes,
y cada vez que te hablo me invade el nerviosismo.
Estoy atrapado en la magia de la brutal belleza
que radica en la gloria de tu alma y tu cuerpo.
Me descubrí extrañándote en cada silencio.
Me siento solitario, ya nada es lo mismo.
Se me ha hecho intolerable no tenerte presente.
Esta vez será distinto. Esta vez será para siempre.
Me descubrí enamorado de ti
y este amor existe desde hace mucho,
pero la fuerza del sentir ha ido creciendo
hasta apoderarse de mi existencia.
Nuevos tiempos
Quiero estar seguro esta vez
de poder cambiar lo suficiente
para afrontar los nuevos tiempos.
Todo lo que tengo es fe y determinación.
Pienso que me he reconstruido más fuerte
cada vez que me rompo.
Volátiles, fugaces, esquivas risas.
Los vientos del miedo no cambiarán mi destino.
Ya no hay prórrogas ni reintentos.
Es el éxito o el olvido
y mi meta es vivir en conciencias
durante siglos.
Fénix
Desde otro punto de vista parecería ilógico.
Nada se ve exactamente igual
desde dos lentes distintas.
Entre tantas miradas se forman
las coincidencias de criterio que llamamos realidades.
Vivimos en el mismo lugar,
pero no en el mismo mundo.
Por eso solo yo puedo saber
cuanto necesito llorar ahora.
Lo sacrifico todo por la esperanza
de mirar al pasado sin arrepentimiento.
No duele tanto una añoranza
como la cruel incertidumbre.
