Pocas veces me ha costado tanto darle forma a un breve texto. Por un lado estoy más ocupado que nunca, y para cuando llegue concluir esta publicación habré logrado una loable proeza. Pasé mucho tiempo tratando de encontrar las palabras correctas. Tengo mucho que expresar, pero trataré de resumirlo razonablemente para dejar una nota tan puntual que hasta yo mismo la pueda recordar de memoria.
Durante estos días siempre intenté aprovechar al máximo cada segundo. Parece extraño que casi no puedo reconocer a la persona que fui hace un año. Veo a quien fui entonces exactamente igual a mí, pero sin una proyección realista del futuro. Estaba totalmente desorientado.
Hoy, en cambio, siento que sé exactamente hacia donde dar cada paso. Tal vez eso sea positivo, pero no deja de parecerme algo sobre lo que debo reflexionar muchísimo. Todo aquello que ha ocurrido ha sido importante y espero que también muy productivo. Solo los resultados tendrán la verdad en este asunto. En fin. He acabado más de una etapa pagando unos cuantos platos rotos. Puede que deba romper unos cuantos más.
En este tiempo pude volver a trabajar con buena motivación en mi poesía. Hice mi mejor esfuerzo y terminé creando un nuevo estilo. A veces siento que mi trabajo va por ciclos. En cada uno de ellos experimento distintos estilos y me concentro en distintas temáticas.
Por ahí hubo más de uno de esos experimentos habrá resultado fallido. Hay también algunas obras que me complace y me sorprende haber creado. Tras todo este proceso, me siento como un gran novato. No logro satisfacer mis propias expectativas. Definitivamente seré un eterno aprendiz como escritor. No soy más que un aprendiz en la academia de la vida.
Escribir cumple más de una función, y una es la posibilidad de procesar más fácilmente las emociones. Con esto logro liberar mi mente de ideas que la saturan, y aprovecho de prepararme para escribir novelas. Eso sí, también hago otras cosas. Incluso he subido a Hive un par de gameplays. Al final todo eso es lo mismo. Jugar y escribir es para mí terapéutico.
Las letras me han dado mucho, y Hive también. Llegué a aprender a usarlas adecuadamente gracias a este proyecto. Mi habilidad hoy en día es el resultado de haberme atrevido a probar suerte aquí. Fueron muchas las decisiones que coincidieron para traerme a escribir en esta Blockchain. Ese momento se sintió tan importante como este. Eso me da muy buenas expectativas basadas solo en una corazonada.
Aunque no publico tanto, este lugar era una perfecta vía de escape ante la llegada de cuarentenas masivas. Desde que la pandemia reciente alcanzó mi vida tuve que volcarme completamente hacia la vida digital, casi dejando por totalmente de lado cualquier forma de socialización en el mundo material.
Sé que esto ha sido así para muchos. Es obvio que a eso fuimos obligados. Y muchas personas lo encuentran intolerable. Yo no siento que me haya afectado demasiado de forma negativa, pero me hizo aprender a lidiar con mi propia mente como nunca antes tuve que hacerlo.
Todo se complica al descubrir que mis problemas con la ansiedad tal vez tienen un trasfondo más complejo. Eso trajo a mi vida un episodio que no creí posible. Una Youtuber a quien admiro, y a partir de entonces con mayor razón, decidió conversar amenamente conmigo y prestarme los mejores consejos que pudo brindarme en ese momento.
Estoy acostumbrado a hacer amistades con facilidad, pero esta pequeña charla se me hizo de lo más particular. A partir de allí puse mayor foco en mi salud mental, y confirmé entre psiquiatras, psicólogos y mi infaltable documentación, que los problemas de depresión y ansiedad se hicieron una pandemia derivada de la cuarentena que pretendía controlar otra.
Tenemos un mundo nuevo. Todo ha cambiado mucho en los últimos dos años. Nos hemos separado de nuestros seres queridos, en ocasiones para siempre. Hemos cambiado por completo nuestro estilo de vida. Nos hemos acostumbrado a nuevas rutinas. Cada uno por su parte ha tenido que evolucionar como persona en un contexto donde hemos sido forzados masivamente a vivir de un modo diferente.
Para muchos esto fue un tropiezo y nada más. Sin embargo, muchos no podemos darnos el lujo de adaptarnos a cambios tan radicales con facilidad. Este aislamiento nos ha llevado a enfrentarnos cara a cara con aquello de lo que las ocupaciones nos permitían omitir. El exceso de pensamiento es peligroso. Hay personas que no tienen una buena relación con su cerebro.
Casi nadie habla de eso, y me parece lamentable. No he sido yo el más afectado, pero he sentido que mi propio malestar ha sido irrelevante para el mundo. Algunos padecen de sufrimientos mucho más intolerables. ¿Podemos tomarnos el tiempo de atender este problema? Porque yo quiero hacerlo.
Escribiré como siempre. El próximo año se abre otra etapa, y ya hay dudas sobre si podremos liberarnos por completo o si seguiremos en esta situación precaria. Pase lo que pase ya no hay marcha atrás. La historia ha quedado dividida a partir del año 2020. Viene una nueva era y trato de estar preparado.
Agradezco haber tenido este espacio durante este tiempo. Tal vez este fin de año no tuve muchos motivos para celebrar, pero no había nada por lo que debiera lamentarme. Logré cumplir objetivos que dudaba poder completar en este periodo. Eso sí, no estoy para nada satisfecho. Eternamente querré lograr mucho más. Esa ambición es necesaria. Es por esa fuente de motivación que afronto mejor las dificultades.
Quiero ser mejor escritor, mejor cocinero, mejor diseñador, mejor músico y mejor ser humano. Quiero superarme cada año y cada día de algún modo. Quiero romper hasta mis propias expectativas. Un nuevo año es solo una excusa. Ese es mi forma natural de estudiar la vida.
