My alarm rings, a new day begins; my patients are waiting for my consultation. It's time to take a shower, have a light breakfast and get down to business. The room is very dark, I can't see anything around me. Everything is blackness and opacity. What's wrong, is this a bad dream? Despair invades me, I can't find my cell phone, I'm in my room, I don't understand anything. I'm assaulted by anxiety, my nerves make my skin crawl, everything is chaos.

My thoughts are in turmoil, I am disturbed by the anguish that the darkness generates in me, and suddenly the phone rings insistently. I get up surprisingly to answer it, but it is useless, I receive blow after blow, because of my clumsy walking, I can not see anything and despite knowing the location of the objects that are in my room, the absence of vision, has me disoriented and lost, I beat myself with everything in my path. There is no alternative, I have to wait for the answering machine to be activated soon.

It is my colleague Elena, who notifies me that all of us who ingest the Z-400 drug may experience a sudden loss of vision as a side effect, and that vision will return in 24 hours without sequelae. Her words reassure me, it is a temporary situation and will resolve in 24 hours. I wonder, what now? I will continue my soliloquy in the dark, in a day that became night.

This story, although simulated, is full of all the emotional charge that would generate me to suddenly live this situation, that of the loss of my vision.

If this situation is prolonged, as it happens with absences and losses, the loss of vision would lead to a mourning and all that it entails, physically, emotionally and socially.

The first thing I would work on, to overcome is denial, with all the emotions that involve despair, helplessness, sadness, melancholy; it would culminate with questioning to understand what is happening. It is typical of the human condition, denial and considering that situations or events can happen to others and not to us. How wrong we are.

I would not insist on relapsing in activities that, due to my current condition, I could not develop because of my lack of skills and abilities to do so.

On the contrary, I would assume the new situation as a challenge, which implies an adaptation; with expectations according to the reality presented. I would reinforce and work on the approach that unforeseen events, by their intrinsic nature, do not allow for advance planning; in correlative, it corresponds to learn and overcome on the fly, challenging the unexpected.

I would try to enhance, develop and strengthen the capacity of my other senses, perhaps I would not be able to perform the consultation I used to do out of respect for my patients and their right to good care without risks, but I would surely find some activity to be active and productive.

I would never despise the love and support of my family and friends. I would be persistent, in the quest to make sense of my life with my new reality.

Thus I end my exercise of reflective introspection.

Thankful to be here and interact with you.

Me complace estar aquí y participar con Ustedes en las disertaciones mensuales y semanales, sobre salud y medicina, en torno al tema propositivo del mes.

La convocatoria para el mes de Diciembre, está inmersa en la temática de La Visión y la Salud Ocular. Para esta ocasión me uno al primer llamado semanal con la interrogante ¿Qué harías si estuvieras ciego por un día?.

Súmate al debate, participa y comparte con nosotros tus opiniones, experiencias y lecciones aprendidas. Dado este exordio, comencemos.

Inicio esta tertulia discursiva, expresando que nuestro cuerpo habla por sí mismo y es el fiel reflejo de nuestro estilo de vida. Con esto quiero formular que muchas patologías o entidades nosológicas pueden ser evitadas, es decir, prevenidas modificando comportamientos o hábitos poco saludables en nuestras rutinas. Si nos referimos a las afecciones de la salud visual, la mayoría de ellas son prevenibles y tratables.

Suena mi despertador, empieza un nuevo día; los pacientes esperan mi consulta. Es hora de ducharse, tomar un desayuno ligero y comenzar la actividad. La habitación está muy oscura, no veo nada a mi alrededor. Todo es negrura y opacidad. ¿Qué pasa, es un mal sueño? La desesperación me invade, no encuentro el móvil, estoy en mi habitación, no entiendo nada. Me asalta la ansiedad, los nervios me erizan la piel, todo es un caos.

Mis pensamientos están revueltos, me perturba la angustia que me genera la oscuridad y de repente suena insistentemente el teléfono. Me levanto sorpresivamente para contestarlo, pero es inútil, recibo golpe tras golpe, debido a mi torpe caminar, no puedo ver nada y a pesar de conocer la ubicación de los objetos que se encuentran en mi habitación, la ausencia de visión, me tiene desorientada y perdida, me golpeo con todo lo que encuentro a mi paso. No hay alternativa, tengo que esperar a que se active pronto el contestador automático.

Es mi colega Elena, quien me notifica que todos los que ingerimos el fármaco Z-400 podemos experimentar una pérdida brusca de visión como efecto secundario, y que la visión volverá en 24 horas sin secuelas. Sus palabras me tranquilizan, es una situación temporal y se resolverá en 24 horas. Me pregunto, ¿y ahora qué?. Continuaré mi soliloquio en la oscuridad, en un día que se hizo noche.

Esta historia, aunque simulada, está llena de toda la carga emocional que me generaría vivir de repente esta situación, la de la pérdida de mi visión.

Si esta situación se prolonga, como ocurre con las ausencias y las pérdidas, la pérdida de visión me llevaría a un duelo y todo lo que ello conlleva, física, emocional y socialmente.

Lo primero que trabajaría, para superarlo es la negación, con todas las emociones que implican desesperación, impotencia, tristeza, melancolía; culminaría con el cuestionamiento para comprender lo que está sucediendo. Es propio de la condición humana, la negación y considerar que las situaciones o sucesos pueden ocurrirle a otros y no a nosotros. Qué equivocados estamos.

No insistiría en reincidir en actividades que, por mi condición actual, no podría desarrollar por mi falta de habilidades y destrezas para ello.

Por el contrario, asumiría la nueva situación como un reto, lo que implica una adaptación; con expectativas acordes a la realidad presentada. Reforzaría y trabajaría el enfoque de que los imprevistos, por su naturaleza intrínseca, no permiten una planificación anticipada; en correlativo, corresponde aprender y superarse sobre la marcha, desafiando lo inesperado.

Intentaría potenciar, desarrollar y fortalecer la capacidad de mis otros sentidos, quizás no podría realizar la consulta que solía hacer por respeto a mis pacientes y su derecho a una buena atención sin riesgos, pero seguramente encontraría alguna actividad para ser activa y productiva.

Nunca despreciaría el cariño y el apoyo de mi familia, amigos. Sería insistente, en la búsqueda de dar sentido a mi vida con mi nueva realidad.

Así finalizo mi ejercicio de introspección reflexiva.