Viendo en lado positivo de los cambios

La vida es muy cambiante y en tan solo un abrir y cerrar de ojos, todo puede ser diferente por completo. Siempre trato de ver ese lado positivo que tienen las cosas, por más terribles que parezcan. A mi vida han llegado cambios que he estado esperando con ansias, son cosas que a mi criterio son 100% positivas y las disfruto bastante, pero también han llegado cambios que si bien para otras personas no es nada grave o difícil, a mí me sacan de mi zona de comodidad y en medio del caos, cuando son caóticos esos cambios, me concentro en lo positivo que eso pueda se para mi.


Imagen de Pixabay por Franz26

Los cambios que más difícilmente considero, son aquellos que llegan a mi vida e interrumpen esas actividades que de alguna u otra manera me hacen feliz e incluso son terapéuticas. Los considero aún más difíciles cuando, por ejemplo, me encuentro en ese punto en que esa actividad me ayuda a sobrellevar las cosas del pasado y llega ese cambio que no puedo controlar y no queda más que enfocarme en lo positivo. No es un ejercicio fácil, pero últimamente me he sorprendido lo bien que llevo las cosas.

No me puedo quejar para nada, no llevo una vida difícil, me considero afortunado en muchos aspectos de mi vida y como persona religiosa, me siento agradecido con Dios por mucho. Luego de escribir estas últimas palabras, me quedé sin mentira alguna viendo la pantalla como 20 minutos. Me encontraba reflexionando sobre mi vida y si realmente era necesario seguir escribiendo esto. Borré todo lo que tenía escrito y comencé de nuevo, hasta cambié el título de esta entrada para mi blog.

Si bien me siento agradecido por muchas cosas en mi vida, siempre es bueno soltar todo, incluso aquellas cosas que parezcan nada al lado de las dificultades que están pasando otras personas. Si por ejemplo, se daña mi batidora, eso es algo insignificante al lado de aquella persona que está luchando contra el cáncer. Si bien es cierto el ejemplo anterior, considero que si no dreno las emociones, por más sencillo que sean las cosas, entonces luego se va acumulando y se convierte en una bomba de tiempo que está esperando el más mínimo cambio para estallar.

Me pasó reciente, venía guardando ciertas emociones y al suceder un cambio inesperado en mi vida, un cambio que me hizo cambiar buenas rutinas y actividades que disfrutaba hacer, explotó esa bomba de emociones que me estuvieron controlando por bastantes días. El cambio que ocurrió no es realmente nada grave e incluso me decía el porqué estaba tiste, pero luego entendí que no me había dado el tiempo para drenar emociones pasadas y solo necesitaba el interruptor para que todo se activara. Lo cómico es buscar hacer esa actividad para salir de la tristeza y darme cuenta de que ya no podía.

Al final de todo, también me di cuenta de que estaba gastando tiempo en actividades que aparentaban llenarme de felicidad, pero al final no me dejaban nada, no me hacían mejor persona y me preparaban para el futuro. Entendí que se volvían un vicio y que, dentro de todo lo malo que podía parecer, era también una oportunidad de apuntar hacia otra dirección y mejorar mi vida. Si me estás leyendo, disculpa que no te cuente a detalles qué cosas han cambiado en mi vida y pido disculpas porque a mí me gusta leer y es una forma de entretenimiento y vengo hablando de cambios y al final no cuento el chisme completo.

Realmente esto lo estoy escribiendo para mí, una manera de recordarme que debo drenar siempre las emociones, evolucionar junto a los cambios que lleguen a mi vida y de esa forma no quedarme estancando. Aunque todavía siento nostalgia, aunque todavía extraño realizar esas actividades que me divertían, comienzo a ver el lado positivo de las cosas y me quedo con eso, busco crecer y avanzar, a mi ritmo, aceptando la ayuda de las personas que me rodean, una de las cosas que más me cuentan y enfocarme en la felicidad.





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