Uno de los mayores sueños de las personas es poder surcar los cielos, quizás porque antes solo era un privilegio para las aves, luego que los hermanos Wright cambiaron esta realidad pudo ser posible, además que hoy en día es un medio de transporte muy utilizado, si bien los precios de los pasajes siguen siendo altos, existe una infinidad de agencias de viajes que ofrecen paquetes promocionales, financiamientos, etc.
Todavía recuerdo aquel primer viaje en avión, aunque antes de hacerlo para mi fue como algo intimidante, una vez arriba la emoción es indescriptible (en mi caso).
La previa fue de muchos nervios, ansiedad y un poco de miedo, no de que algo malo pase sino como toda primera vez en una experiencia tan grande y ni hablar de la emoción de cumplir el sueño de estar cerca del cielo, cerca de las nubes.
Pensaba en cómo sería, no sabía lo que se sentía viajar en avión, no tenia ninguna información, tenía miedo de hacer mal algo, por ejemplo: olvidar algún documento, perderme en el aeropuerto, y cosas así.
Viajé con alguien experimentado, pero aún así, no quería pasar alguna vergüenza por mi falta de conocimiento, los idiomas, tenía miedo de los mareos, de las náuseas, y por último el peor miedo que me vino en algún momento es si esa pequeña cosa en un cielo tan inmenso no se ha de caer.
Bueno... llegó el gran día, tenia todo preparado, hice una gran lista de cosas para llevar (muchas de ellas innecesarias), mire esa lista y mi valija como 3, 4 veces, pero igual con la duda de si falta algo, en fin, mi destino era Ginebra-Suiza, eran muchas horas de vuelo.
Finalmente una vez que despegamos, y esa mezcla de miedo y emoción, al fin supe lo que se sentía que tu cuerpo sea elevado hasta una inmensa altitud, no tuve malestares ni nada de eso.
El primer avión que tome fue de unas 2 horas más o menos hasta la primera escala, luego venía el vuelo intercontinental, ahí nuevamente el miedo se apoderó algo de mi, esta vez, cruzaría el océano, eran 12-13 horas más o menos, todos dormían y yo solo pensaba en la emoción de llegar a mi destino, la balanza esta vez ya estaba inclinada hacia la emoción, el miedo de que caiga el avión fue menos ya, trataba de relajarme al máximo y disfrutar pensando en la llegada.
Y así, volar puede parecer una experiencia estresante, cada avión, cada aeropuerto aunque parezcan iguales, tienen sus peculiaridades, sus sistemas. Se dice que la práctica hace al maestro, pero aún así podemos guiarnos por una serie de consejos, los que compartiré en un siguiente post para tu primer viaje en avión.
Muchas gracias por: