MILES DE COLORIDOS COFRES REPLETOS DEL TESORO DE FUTURO CHOCOLATE.... Crónica de un viaje al pueblo cacaotero de Chuao.

Hola, queridos steemianos amantes de la naturaleza y la vida:

Déjenme presentarles a Chuao, un caserío paradisíaco habitado por descendientes de africanos y protegido por las montañas del Parque Nacional Henry Pittier (estado Aragua, Venezuela) y por las límpidas aguas del mar Caribe. En sus inmediaciones, bendecidas por un clima ideal y devotamente cultivadas por varios siglos de tradición, miles de plantaciones de cacao van destilando su delicioso tesoro: el cacao de Chuao, considerado como uno de los mejores del mundo...

Ubicado a pocas horas de Caracas, solo puedes llegar hasta allí cruzando montañas selváticas o a través del mar. Quiero compartir con todos ustedes algunas impresiones del viaje:


Un descanso en el sendero que va de Choroní a Chuao a través de la selva nublada.


Un río limpio que viene de las montañas del Parque Nacional Henri Pittier purifica mi alma.


Naturaleza llena de vida.


"Bienvenidos a Chuao. El origen del mejor cacao del mundo".


Pescado fresco recién sacado del mar cercano... cervezas frías traídas a través del mar. ¿Qué más se puede pedir?


Fruto y flores del cacao.


La santísima trinidad.


Pequeñas flores que se convierten en dulce y gran sabor.


Agua fresca por doquier. (Foto hecha por mi hermano Leonel)


Dulces colores.


Amarillos, verdes, naranjas, rojos, púrpuras...


El fruto del cacao crece directamente del tronco del árbol.


Y son más grandes que mi cabeza. (Foto hecha por mi hermano Leonel)


Todavía necesitan mucho tiempo para convertirse en chocolate.


Silenciosamente las flores se convierten en frutos...


Uno de estos días ellos serán chocolate...


Un gigantesco árbol de bucare: Uno de los abuelos del chocolate pues cobija a las plantas con su sombra...


Siempre habrá una serpiente en el paraíso...


Un viejo árbol de cacao pleno de jóvenes flores...


Asombrosas raíces de un gigantesco árbol...


¿Es un río o es una carretera? A mi hermano Leonel no le importa...


Se necesita mucha belleza para producir el mejor chocolate.


Una flor de rikiriki sedienta de sol.


¿El afiebrado diseño de una mente?


Belleza en el cuerpo y en el alma.


Todavía tiene ganas de trabajar.


La alegría de vivir en paz.


Naturaleza muerta.


Demasiados colores para una hoja.


Dispuesta a escucharte desde 1772, la iglesia de Chuao es historia viva. Antes de entrar, el patio delantero espera que retumben los tambores como en cada fiesta tradicional.


400 años de cacao se han secado en este patio.


Y, bueno, todo tiene su fin... Como llegamos caminando a través de la montaña, decidimos regresar por mar... Pero siempre regresaremos!!!

Si quieres saber cómo llegar a Chuao escríbeme a oswaldoantoniog@gmail.com. Amablemente te asesoraré.

(Las fotos y los textos fueron tomados y escritos por mí. Excepto las fotos indicadas.)

Será un gran placer para mí que visites mi blog
@yomismosoy

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