Ayer después de varios años me fuí de fiesta con las amigas. Tras arreglarme con chapa y pintura, cogí el bus y gracias a Google Maps llegue donde habíamos quedado, sino no llego ni de broma.
Conocimos un nuevo restaurante llamado Nativo. Está justo enfrente del centro comercial Aragonia. El restaurante esta muy chulo decorado y los sábados está hasta la bandera, por lo que hay que reservar.
A la carta sale algo carillo, pero de menú está bien. Tienen una gran variedad donde elegir y muchos de sus platos son a la brasa.
Nosotras elegimos el menú y probamos los siguientes platos:
VENTRESCA CON PIMIENTOS ROJOS BRASEADOS Y YEMAS DE ESPÁRRAGOS:
El pimiento con la ventresca ligaban a la perfección siendo un plato muy fresco para el veranito, las yemas de espárragos sin embargo me sobraron.
ARROZ CREMOSO DE CHIPIRONES Y LANGOSTINOS:
Plato más contundente donde predominaba el sabor del chipirón, ya que había trocitos. Muy rico de sabor.
BERENJENAS BRASEADAS:
Las berenjenas eran a la brasa por lo que ganaban muchísimo en sabor. Las servían con una salsa a parte tipo chimichurri que les daba el toque de gracia final.
CHULETÓN DE CERDO A LA BRASA CON SALSA DE SOJA:
Para mí el mejor plato, la carne a la brasa estaba en su punto y combinaba a la perfección con la salsa de soja que presentaban servida a parte. De acompañamiento unas ricas patatas fritas.
SECRETO MARINADO A LA BRASA CON ALIÑO DE SOJA Y PATATAS FRITAS:
Su presentación magnífica y la carne a la brasa siempre perfecta.
PULPO A LA BRASA, PURÉ DE PATATA Y PIMENTÓN DE LA VERA:
Plato muy sabroso con ese toque a pimentón tan carácteristico del pulpo a la gallega, aunque el toque de a la brasa cambiaba totalmente el sabor.
SORBETE DE MOJITO:
Era helado de mojito con hierbitas. Muy refrescante y digestivo para colofón de la cena.
TORRIJA DE LECHE CON HELADO DE LECHE MERENGADA:
La torrija contenía en su interior una salsa que no nos llegó a convencer, a veces innovar en un plato tradicional lo empeora. Pero por lo demás rico.
TARTA DE QUESO:
Su presentación destacaba al igual que la mezcla entre el queso y la fruta. Fresco y riquísimo.
Como broche final de la cena, nos echamos el clásico carajillo de anís con hielo, maño como se cebaron con el anís jajajajaja.
Tras la magnífica cena, estábamos preparadas para quemar la noche zaragozana de bares hasta las 7 de la mañana. Esas fotos las guardo ya para la intimidad, ya que pueden herir alguna sensibilidad humana jajajajaja (bueno y porque igual alguna amiga me mata).
Espero que os haya gustado la reseña del estupendo restaurante, un abracico.