Hace unos meses me gradué de la Universidad y en ese momento me encontré con una duda muy grande, de la que no había querido pensar antes. ¿Y ahora qué? Mi trabajo empezó a cansarme, mi familia sentía orgullo porque ahora soy Ingeniera pero sentía que algo me había faltado. Comencé a sentir agobio a muchas cosas y sentía cansancio de hacer cualquier cosa que me implicara esfuerzo. La motivación estaba por los suelos y los días se me hacían eternos.
Mi familiar como comenté alguna vez me impulsó a la reingeniería personal y ahora estoy segura que mi decisión fue acertada. Estoy contenta con ganas de dejar un legado que todos recuerden. Me siento como una rosa, floreciendo con la vista al sol y el corazón abierto hacia el amor.
En estos días estoy trabajando y generando para un viaje que siempre he querido. Algo que nunca me he atrevido, siento que ya es momento de vivir, de soñar.
Siento que mis ojos ahora son nuevos hacia lo que me espera el futuro, porque ahora sé que donde tengo que trabajar es en el ahora. Este momento es todo.
No sé si mi mentalidad ha cambiado pero juro que ahora veo las cosas más bellas, tal vez es porque alcé la mirada para ver lo que me rodeaba y me encontré con esto.
He aprendido también que el amor que me muestro a mi misma se refleja tanto, que ese amor puedo dar a los demás y eso mismo viene a mi. Siempre fui poco demostrativa en mis relaciones personales y ahora con la sonrisa que muestro día a día he oído comentarios de que mi corazón de hielo por fin se derritió. Sin lugar a dudas tengo muchas cosas positivas por las que estar agradecida, es por eso que ahora me siento enamorada de la vida. Por eso el título esta publicación es atrévete a vivir y atrévete a amar.
Lindo día a todos!
Agradezco de todo corazón las fotos a @antao siempre hace que me inspire a través de su lente.