Aventura en Cazorla, segunda parte

¡Hola a todos!

Como ya sabéis hace poco me fui unos días a Cazorla con mi familia.

Aquí os dejo un enlace a la historia de los dos primeros días.

Día 3:

Esa noche dormimos muy apretados, éramos un montón de personas en la casa.

Por la mañana después de desayunar, mis primas y yo nos quedamos un rato jugando en el jardín de la casa al escondite. Yo me metí entre unos matorrales y al final quedé llena de pinchitos, tenía por el pelo, por la chaqueta ¡y por todos lados! Me costó un montón quitarme todos los pinchitos.

Luego, mis primas, Lisa y Maya, su padre, Take, mi padre, mi hermano, Rafael, Kira, mi tía de Andalucía, Victoria y su hijo, Alejandro, nos fuimos de excursión a la montaña donde fuimos el día anterior, planeábamos hacer una ruta parecida.

Al principio todo iba de maravilla, avanzábamos más rápido que el día anterior y no nos encontramos con tantos obstáculos, pero llegamos a un punto donde teníamos que meternos por los lugares más estrechos, lo peor era que mi tía, Victoria, nos animaba y nos guiaba por caminitos de jabalíes.

Empezamos a subir y a subir la montaña, todo se volvió cuesta arriba y ya no había ni un claro. Más tarde decidimos empezar a bajar para llegar al río pero no había por donde ir, para bajar teníamos que ir por una parte llena de piedras sueltas y mucha gente se caía, yo me tropecé con un arbusto y me quedé enganchada a él, estaba tan empinado que se me hizo casi imposible ponerme en pie.

Por fin después de mucha, mucha, mucha subida y mucha, mucha, mucha bajada llegamos al sitio donde habíamos estado el día anterior. Habíamos hecho un buen rodeo subiendo y luego bajando. Allí nos encontramos por fin con el río, ya solo teníamos que seguirlo pero no encontrábamos el camino del otro día así que cogimos otro camino. Llegamos a la presa y encontramos el camino para cruzar el río.

La valla que impedía cruzar la presa tenía un agujero, nosotros nos metimos por allí para que mi padre nos hiciera una foto desde la orilla del río, Kira también se puso con nosotros, e iba de un lado para otro de la presa por los bordes, había una valla pero para ella era como si no estuviera.

Justo cuando mi padre nos iba a hacer la foto, Kira se resbaló y cayó por la presa, por suerte, la presa era vieja y estaba llena de ramas y musgo

Kira se quedó atrapada en una rama, al principio, no sabía qué estaba pasando, todos la llamábamos para que intentara escalar la presa y mi padre bajó corriendo al río para intentar que bajara hacia él, todos la estábamos animando, Kira empezó a llorar, no sabía que hacer y sobre todo porque le daba miedo el agua y no quería bajar. Al final mi padre tuvo que escalar la presa para cogerla.


Lo primero que hizo Kira fue correr hacia la hierba y sacudirse para secarse. Luego volvimos a la casa, y esta vez sin ningún problema.

Comimos y nos quedamos en la casa jugando y dándole de comer al caballo. Por la tarde vi que unos moteros estaban delante de la puerta, yo me asusté un poco y fui a llamar a mi madre, al final eran unos amigos de mi tío que pasaban por aquí. Luego sobre las 5pm mi tía nos llevó a mis primas, mi hermano, mi primo y a mí a la cabalgata de reyes del pueblo, la verdad es que no era gran cosa, era un trenecito en el que los niños podían montarse para darles un paseo, pero fue muy bonito. Luego volvimos a la casa donde nos dieron los regalos de reyes.

Día 4:

Ese era el día de reyes y habíamos quedado para comer en casa de mis abuelos así que salimos muy prontito, esta vez, la gente no se mareó tanto durante el viaje.

Espero que os haya gustado mi aventura en Cazorla.
¡Adiós!

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