Era una noche fría y lluviosa, cuando me llega un mensaje de un número desconocido.
Decía: “Te espero, no demores tanto”. No me sorprendió ya que a menudo me llegan textos de personas desconocidas. Le conteste como toda persona normal lo haría. – “Te equivocaste de número”
Pasaron las horas y no me llego más nada al teléfono, así que lo apague como todas las noches lo hago. Y me fui directo al cuarto a dormir ya que al día siguiente tenía que madrugar para ir a la universidad.
Eran aproximadamente las 11 pm cuando mi mamá decide ir a la cama también y apago todo en la sala, por lo general yo siempre dejo encendido la luz del baño. Ya estaba cómodo y arropado como para levantarme a prenderla ya que había mucho frió y literal no se podía ver absolutamente nada.
Me desperté muy rápido, pero no tenía sueño. Ya era de madrugada y estaba muy nublado. Salí directo a la sala a bañarme y noto que mis padres ya no estaban. Al principio eso me preocupo, pero luego pensé ¡vaya, hoy se fueron muy temprano! También note que había rosas y muchas cartas.
Luego de haber hecho todo y estar listo para salir a la universidad noto que las luces siguen apagadas, cuando en realidad las había encendido casi todas hace unos minutos atrás. Fui al cuarto a encender mi teléfono, pero ya estaba encendido y con un mensaje abierto que decía: “NO ME EQUIVOQUE"
Llamo directamente a mi mamá a ver que estaba sucediendo y mientras repicaba podía escuchar su llanto en el cuarto. Me dirijo hacia él, pues la puerta estaba entre-abierta.
Era yo. Me podía observar sin ningún espejo. Muy ensangrentado como las rosas y tan palido como las cartas. Que habrá pasado le pregunté casi llorando. Pero noté que no podía verme. Yo para ella estaba muerto…
Texto y edición: @christiandulcey3
Imagen: @christiandulcey3
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