Eleazar López Contreras e Isaías Medina Angarita
I
-¡No, no! –dijo Medina a los periodistas, después de leer él mismo el telegrama que le enviaba el Presidente de Guárico –Mi gobierno es respetuoso de las libertades individuales. Él tiene derecho a expresar lo que le dé la gana, pero yo también lo tengo a defenderme. Pero nadie puede ponerlo preso hasta que el Juez no le dicte auto de detención por calumnia, pues yo voy a los tribunales. Es bueno que ustedes sepan –agregó –que así como hay libertad de prensa hay libertad de tribunales. –Desde allí mismo, el Presidente ordenó que pusieran en libertad inmediatamente al hombre que lo llamaba fascista y asesino.
Por primera vez en la historia del país, un ciudadano insultaba al Presidente de la República y no le pasaba absolutamente nada…
Isaías Medina Angarita leyendo un discurso
II
«Señores, esto es democracia, he aquí a los dos candidatos a la Presidencia de la República». El público por supuesto comenzó a aplaudir, y Medina y Gallegos se estrecharon en un fuerte abrazo mientras los grandes fotógrafos de la época tomaban fotos.
«Esto es el colmo», decía casi todo el mundo al día siguiente, al ver las fotos en los periódicos. «Después de tantos insultos y discursos terminan abrazándose». La gente no entendía todavía lo que era democracia…
Rómulo Gallegos y López Contreras
Apoyo Bibliográfico:
Documentos varios del Dr. Ramón J. Velásquez, Academia Nacional de la Historia, Caracas Venezuela.
Fuentes de las imágenes:
Imagen 1- López Contreras y Medina Angarita
Imagen 2- Isaías Medina Angarita ante la prensa
Imagen 3- Rómulo Gallegos y López Contreras