Es un hecho, nos reconforta percibir nuestra imagen en el espejo, en el gimnasio (un lugar lleno de espejos) esto conduce inevitablemente a que trabajemos más y mejor aquellos grupos musculares que vemos directamente en el espejo (pecho, biceps, hombro, cuádriceps) dando menor trabajo a toda la cadena posterior (espalda, glúteo, isquiosurales, gemelo) que vemos mucho menos.
Este fenómeno se conoce como efecto espejo: entrenamos aquello que vemos, no entrenamos aquello que no vemos.
Lo curioso es que algunos de estos músculos olvidados son los que contribuyen en mayor medida a construir un físico estético, como la espalda o el glúteo.
Para evitar descompensaciones añade más remos, face pull, variedades de peso muerto, trabajo directo para el glúteo... Sé consciente de este fenómeno y soluciónalo.