¡Hola a todos compañeros Steemians! Justifico mi ausencia los últimos días con mi reinicio de clases como estudiante de medicina de 4to año en Valencia - Venezuela, y en este caso les hablaré un poco acerca de que hice esa reveladora noche en un hospital que por más solitario que sea, esconde milagros y situaciones inimaginables para muchos.
Bueno, el hospital…
Es un hospital tercer-mundista en resumen, en los cuales brilla la ausencia de anestesia, agua y luz en muchas ocasiones, por no decir que cada uno de los articulos usados como gasas, inyectadoras y guantes son usualmente proporcionados por los mismos pacientes que sufren de una crisis económica en una situación hostil para la supervivencia. Un país en dictadura y comunismo al fin…
Que ocurre en el hospital…
Bueno, como mencione anteriormente, soy un estudiante de 4to año de medicina y por más que ustedes crean que no puedo hacer muchas cosas aún, mi papel en las noches de guardia es algo que no se le asigna a un estudiante en un país normal.
El primer minuto de vida de un bebé, o como otros lo llaman, el minuto de oro. En la pasantía de neonatología nos asignan la pesada tarea de adaptar a un recién nacido al mundo actual, a su medio y a distintos agentes físicos que pudieran ser perjudiciales para el .
Claro, no esta de mas decir que por ser alguien que realmente quiere hacer la diferencia, voy previamente estudiado y educado acerca de lo que me podría esperar en el hospital. Desde inyectar bebes, cortar cordones umbilicales y en muchos casos ayudar en partos son las cosas que se hacen en ese lugar, y por más irresponsable que suene lo que esta ocurriendo, yo lo veo como una ayuda imprescindible para la sociedad en estos momentos de guerra que atravesamos.
Pacientes que dan a luz a una criatura inocente, que ni siquiera acudieron a un control con su obstetra por la simple ignorancia que envuelve a cada uno de los habitantes de este país. Falta de dinero, de educación y de comida es lo que le espera a cada uno de esos guerreros que ayudo a traer a la vida, pero en mi situación, es mejor que cualquier otra cosa.
¿Cual era mi tarea?
¡EXPULSIVO! Gritaron en la emergencia, el primer parto de la noche había llegado. Llegó la hora… tenía mi primer bebe en la mesa, yo con mis guantes ya puestos y empezó la acción. Seca el bebé, quítale la sangre de los ojos, aspira por la nariz y por la boca, corta el cordón, inyecta la vitamina K… Un sin fin de tareas, y tan importantes todas. Un error podría significar una tragedia para toda la vida, además de un posible problema con un padre enfurecido que a decir verdad, en este país, es más probable que esté armado que que no lo esté.
Armo la historia clínica y voy a lo que debería ser la sala de los estudiantes y residentes del servicio. Unas camas, o capaz agua y un baño, pero no jajaja… Un colchón en el piso es lo que me esperaba, y bastante sortarios que fuimos mis compañeros y yo al obtenerlo.
¿Por qué?
A pesar de todos los obstáculos que me pone la vida de la medicina en este país, sigue siendo mi pasión, y lo que me llena de un poco de esperanza todos los días. Es algo increíblemente satisfactorio, formar parte de la vida de una persona, ayudarla y darle la posibilidad de seguir adelante es una experiencia inigualable.
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