¿Qué es lo que tiene la naturaleza que nos resulta tan reconfortante a nivel físico y mental? Yo pienso que esto no tiene una respuesta específica, sino que más bien se trata de un conjunto de elementos que sumados entre sí nos brindan dosis considerables de bienestar y placer, y son elementos que muy difícilmente encontramos en otro tipo de entornos, menos naturales.
Esta combinación de elementos la recibimos como información a través de nuestros canales sensoriales. Por ejemplo, el sonidos de las hojas que se rozan entre sí, el olor del mar, la afluencia de agua en una casacada o un río, la grama húmeda que sentimos a través de los dedos de los pies... Cuando nos encontramos inmersos en un ambiente natural podemos conectar plenamente con cada uno de nuestros sentidos, lo que nos llevará, poco a poco, a sentirnos en calma y tranquilidad, sobre todo si hacemos el ejercicio consciente de experimentar el mundo que nos rodea de una manera profunda, paciente.
La naturaleza nos conecta con nuestros orígenes, los procesos básicos de nacimiento, crecimiento y muerte, los inicios y finales, lo que es naturalmente hermoso y lo que nos produce miedo, todo puede estar allí.
Los ritmos de vida que llevamos actualmente nos alejan cada vez más de los entornos naturales, sobre todo si vivimos en grandes ciudades. No nos sorprenderá entonces enterarnos que el insomnio, las variaciones en el estado de ánimo o el desarrollo de diferentes enfermedades son el pan de cada día, aunque tenemos un acceso importante a la salud, la información en diferentes áreas, la prevención y el autocuidado. Resulta que menos tiempo en ambientes naturales implica que pasamos más tiempo en ambientes artificiales, oficinas, encerrados en casa. Además, ahora mismo es muy sencillo disponer de lo que necesitemos sin salir de nuestra casa: la comida, el supermercado, la ropa, cualquier compra que hagamos podemos recibirla en la puerta de nuestro hogar. Y aunque este estilo de vida, en efecto, nos ahora tiempo, recursos, incluso dinero. También es cierto que nos perdemos y alejamos de todo lo que nos hace bien de la naturaleza: la luz natural de día y la oscuridad de noche, la actividad física como un mecanismo natural para la continuidad de la vida.
No todos disfrutaremos de los mismos espacios, y no hará falta obligarnos a practicar un deporte al aire libre, realizar excursiones frecuentes o tener una alimentación crudivegana. En ocasiones solo lo básico es lo que estamos necesitando: alimentación menos procesada, exposición directa a la luz solar en las primeras horas de la mañana, ejercicios de atención plena en un parque, en la montaña, cerca del mar... La naturaleza está allí, con un poco más de conciencia sobre este asunto, aprenderemos a disfrutarla y apreciarla.
Esta publicación responde a la iniciativa propuesta por la Comunidad Humanitas: 1 tema para cada día del mes de agosto. Te invito a participar y a compartir tus ideas sobre los diferentes temas propuestos, de la manera como desees y en el orden que gustes. Te comparto la publicación de la iniciativa para que revises las reglas de participación
What is it about nature that is so comforting to us physically and mentally? I think that this does not have a specific answer, but rather it is a set of elements that together give us considerable doses of well-being and pleasure, and are elements that are very difficult to find in other types of environments, less natural.
We receive this combination of elements as information through our sensory channels. For example, the sounds of leaves brushing against each other, the smell of the sea, the flow of water in a house or river, the wet grass that we feel through our toes.... When we are immersed in a natural environment we can fully connect with each of our senses, which will lead us, little by little, to feel calm and peaceful, especially if we make the conscious exercise of experiencing the world around us in a deep, patient way.
Nature connects us with our origins, the basic processes of birth, growth and death, beginnings and endings, what is naturally beautiful and what we are afraid of, everything can be there.
The rhythms of life we lead today take us further and further away from natural environments, especially if we live in big cities. It will not surprise us then to learn that insomnia, mood swings or the development of different diseases are our daily bread, although we have important access to health, information in different areas, prevention and self-care. It turns out that less time in natural environments means that we spend more time in artificial environments, offices, cooped up at home. In addition, right now it is very easy to get what we need without leaving our home: food, groceries, clothes, any purchase we make can be delivered to our doorstep. And while this lifestyle does indeed save us time, resources and even money. It is also true that we lose and move away from everything that is good for us in nature: natural light by day and darkness by night, physical activity as a natural mechanism for the continuity of life.
Not all of us will enjoy the same spaces, and there is no need to force ourselves to practice outdoor sports, go on frequent excursions or eat a raw vegan diet. Sometimes only the basics are what we need: less processed food, direct exposure to sunlight in the early hours of the morning, mindfulness exercises in a park, in the mountains, near the sea? Nature is there, with a little more awareness on this matter, we will learn to enjoy and appreciate it.
This publication responds to the initiative proposed by the Humanitas Community: 1 theme for each day of August. I invite you to participate and share your ideas on the different topics proposed, in the way you want and in the order you like. I share with you the publication of the initiative so that you can review the rules of participation.
Todas las imágenes de esta publicación son de mi autoría, editadas en snapseed. El contenido también es original y propio.
All images in this post are my own, edited in snapseed. The content is also original and mine.