Al pensar en la palabra de esta semana, automáticamente recordamos lo rápido que debemos hacer las cosas para ocuparnos de otras que también necesitamos realizar. En cambio, para el amante del ocio, dicha palabra carece de peso y resbala por su cuerpo en estado de reposo. Aunque no por esto deja de transcurrir el preciado bien al que hacemos referencia.
Proveniente del latín tempus, temporis, que significa “tiempo, duración, lapso de tiempo”, esta palabra cuenta con una larga familia que utilizamos a diario, como temprano, formada a partir de temporanus, cuyo significado es “aquello que se hace a tiempo”; tempestad, derivada de tempestas, tempestatis; y tempora, plural de tempus, voz de la que surgen palabras como temporal, temporada y temporalidad, por mencionar algunas.
Entre las acepciones del "Diccionario de la lengua española", encontramos que tiempo significa: “Duración de las cosas sujetas a mudanzas”, “Época durante la cual vive alguna persona o cosa”, “Oportunidad, ocasión o coyuntura de hacer algo”, “Cada una de los actos decisivos en que se divide la ejecución de una cosa; como ciertos ejercicios militares, las composiciones musicales, etc” y “Estado atmosférico”, entre otras.
La primera acepción nos hace pensar en la famosa frase de Heráclito: “Lo único constante es el cambio” y en las palabras de nuestros abuelos cuando nos dicen, con voz cansada y algo de nostalgia, que “el tiempo no pasa en vano”. La segunda, en cambio, nos recuerda que nunca falta quien nos cuente que “hubo tiempos mejores” o que “en el año...” vivió uno de nuestros próceres, algún otro héroe de la historia o tal vez un ser querido que ya no está, por lo que esa persona anhela poder devolver el tiempo para estar otra vez junto a él o ella.
Sin embargo, ni siquiera en esta era del gran auge tecnológico, se ha logrado construir una máquina que nos permita regresar al pasado o ir al futuro. Razón por la cual, es tan valorado el tiempo que vivimos ahora, en este preciso instante, junto a nuestros familiares o amigos, en momentos de ocio o en el trabajo, dormidos o despiertos, porque cada segundo de vida es igual de importante que el próximo o el anterior.
Como es bien sabido, indagar en la historia del tiempo, equivale a mirar con curiosidad los primeros objetos que se usaron para medirlo; conocer los inicios de la meteorología; enredarse con explicaciones sobre el origen de los husos horarios; recurrir a la ciencia para comprender el trabajo de Newton, hacer lo mismo con el de Einstein y, finalmente, quedar confundido con las teorías del mundo cuántico.
Es pasar del Big Bang a los dinosaurios, de los dinosaurios al origen de nuestra especie, hojear nuestra historia, reflexionar sobre la época actual y pensar en lo que nos depara el futuro, maravillados por todo lo registrado hasta ahora en esa línea temporal que tanto significa para nosotros; pero eso nos llevaría una vida entera y, por ahora, nos conformamos con recordar que “el tiempo es oro”.
Referencias:
• Real Academia Española. (1992). Diccionario de la lengua española (21a ed.).
• BIBLOGRAF, S. A. (1972). DICCIONARIO ILUSTRADO SPES, LATINO-ESPAÑOL / ESPAÑOL-LATINO (9na ed.).
• Corominas, J. (3ra.). (1987). Breve Diccionario Etimológico de la Lengua Castellana. Gredos, S. A.
• AA. VV. (1965). Monitor. Enciclopedia salvat para todos. Salvat, S. A. de Ediciones.
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Publicaciones anteriores:
• La palabra semanal: ALMANAQUE
• La palabra semanal: TRABAJO
• La palabra semanal: MENTIRA
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