Mi presentación.

Hola a todos los amigos.

Me presento en esta nueva plataforma motivada a seguir publicando lo que me motiva a seguir
con valentía y amor hacia mi y hacia los demás. Me nombro primero como el realce al progreso que he tenido desde que salí del vientre de mi madre. En honor a ella, a mi padre, hermanos y tíos me he atrevido a salir de las paredes físicas.

En este mundo virtual tendrá mucha información que no tengo oportunidad de mostrar. < Los secretos de Isabel , llamo a todas las letras que se unirán para formar palabras y por ende oraciones que lleven una idea.

Esa idea no me pertenece, creo que todo viene a mi y no es mío; ni el cuerpo. Cuando me toque ir ( y no se hacia dónde) dejaré una propuesta, una idea o a lo mejor la locura más loca del filosofar.

Soy la mayor del grupo. Me dicen la profesora. Ese es el otro nombre que tengo y me identifico, pero no como la sabe lo todo. ¡No señores!..

Bueno, bueno… en esta presentación quiero ofrecerle un video de la fábula de Aquiles Nazoa. El domingo 17 de mayo celebraremos el centenario de Aquiles Nazoa en honor a este insigne poeta de las cosas más sencillas

Fábula con perro y cochino

Para eludir su trágico destino

de morir bajo el palo cochinero,

un astuto cochino

optó por escaparse del chiquero,

dejando en su lugar un sustituto

que tuviese la cara “acochinada”

a fin de que el criador, que era algo bruto,

no sospechara nada.



Con este plan en mente, un domingo

llamó nuestro cochino al perro chingo

que cuidaba la casa

y le observó en el tono más sincero:

—Yo no sé, francamente, lo que pasa,

pero el mundo es injusto, compañero:

mientras yo me reviento de la grasa,

usted se va quedando en el huesero…

¿Verdad que es harto injusto

el que sea usted flaco y yo robusto?



—Hombre —le dijo el can—, pero ¿qué se
hace?

¿Cómo no va a ocurrir que yo adelgace

y que de raquitismo me desplome

si usted aquí es el único que come?



Y el astuto cochino, con malicia:

—Tiene razón —le dijo— compañero,

y para reparar tanta injusticia

yo le voy a dejar este chiquero.

—¿Y quién cuida la casa?

—preguntó el perro. Y el cochino: —Yo.

Eso me hará muy bien para la grasa…

Conque diga si acepta: ¿Sí o no?…

Y así fue como el cambio se efectuó.

Dueños de un gran talento imitativo,

de sospecha jamás dieron motivo:

Con la destreza del mejor marrano,

se revolcaba el perro en el pantano,

y el cochino ladrábale a la luna

con la más alta técnica perruna.



Vivieron de ese modo un año entero…

Hasta que una mañana el hombre vino

y creyendo que el perro era el cochino

lo liquidó de un palo cochinero.



—¡De la que me he salvado!,

—dijo entre sí el cochino entusiasmado.

Y se puso a reír como una hiena…

Pero entonces el hombre que envenena

llegó como un enviado del Destino

y sin ninguna pena

creyendo que era un can, ¡raspó al cochino!

Aquiles
Nazoa.

Humor y Amor de
Aquiles Nazoa. (1975)

Tengo desde el año pasado un nuevo camino: la poesía, el cuento, las metáforas y otros recursos literarios >se están metiendo en mi para crear.

Seguidamente van a ver un video de la fábula. Fue grabado, cada una desde sus casas, me enviaron las voces y se creó el video. Desiree, Deyla y yo nos unimos y escuchen lo que salió. Espero que le guste





Gracias. Nos seguiremoss leyendo y disfrutando. Dios con todos y Todos con Dios


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