Uno de los momentos del día en que más disfruto en este viaje es ver como se pone el sol y ver como regresa al día siguiente. Son estos instantes donde se ve recompensado todo el esfuerzo realizado durante el día, esos momentos que dan forma y sentido a este viaje. Para mí merece la pena pedalear durante horas si al final del día encuentro en un sitio como este, con un bonito atardecer.
Soy capaz de prescindir de las comodidades de una casa durante meses, solo pido a cambio poder disfrutar estos fenómenos que tan solo duran unos pocos minutos al día.
Salí de casa con las alforjas llenas de miedos, ahora después de dos meses sé que esos miedos quedaron en el camino y viajar con la bicicleta durmiendo en cualquier sitio al aire libre se ha convertido en un placer salvaje.
Fotografía: @jr006
Feliz día.