En lo personal, creo que algunas de las políticas del presidente Donald Trump fueron acertadas, por ejemplo, en materia tributaria y económica.
Sin embargo, no podemos negar que hubo siempre una preocupación generalizada por el carácter impulsivo de Trump, pero era un verdadero fenómeno político por los resultados que obtuvo en las elecciones de 2016 que lo llevaron a la presidencia (aunque no ganó el voto popular) y también por los de las últimas elecciones, en las que perdió, pero consiguió atraer a la mitad de los votantes, aproximadamente.
Ahora bien, en los últimos meses, Donald Trump demostró que su falta de cultura política y el hecho de haber sido un hombre de negocios, han jugado en su contra.
Es realmente lamentable el hecho de que el mandatario se haya negado a aceptar su derrota y que dificulte el proceso de transición de poder. Su conducta antidemocrática rompe con la historia política de EE.UU.
Los hechos ocurridos en la
capital este miércoles 6 de
enero, donde una turba furiosa
alentada por los discursos
y mensajes del presidente
Trump irrumpió de manera
violenta en el Congreso,
son imperdonables. Estos
eventos crean una situación nefasta y penosa y manchan la tradición democrática de Estados Unidos.
Las escenas que han dado la vuelta al mundo no se corresponden con una potencia como Estados Unidos. Ahora la clase política estadounidense debería preguntarse ¿con qué moral podrá ahora Estados Unidos exigir a países gobernados por tiranos y dictadores que se ajusten a la moralidad?
Trump termina de cavar su tumba política y se lleva por el medio no solo a personas competentes, que colaboraron con él durante su administración, sino que en opinión de muchas personas también se destruye el Partido Republicano. No es el coronavirus el que acabó con Trump; ha sido él mismo, con su actitud narcisista el que ha perdido las elecciones y también el Senado, el cual habría podido, perfectamente, quedarse en manos de los republicanos.
Considero que terminar con el período de Trump a través de un juicio político, como lo han sugerido algunas partes y a pesar de que sobran los motivos, sería abrir aún más la fisura democrática que, a partir de ahora, lleva a cuestas esa gran nación.