Llegó al lugar enfurecido, la recepcionista en su tarea de hacer la bienvenida solo recibe una manotada para apartarla y apuntándola le grito:
¿Dónde queda la habitación 23?
No me haga daño señor, queda en el piso 2, puerta número 3.
El hombre sube las escaleras, enfurecido abre la puerta de la habitación 23 su esposa recostada en un sillón y el hombre en una silla, el esposo los vio y sin pensar les disparó.
Segundos después al mirar a su alrededor se dio cuenta del horror que había cometido, la habitación era un consultorio de un psicólogo y la carpeta en la mano del Doctor con la historia de su paciente, Problemas de Depresión por Infertilidad.
Ella nunca pudo explicarle, y él no quiso leer el mensaje del detective que decía, “Su esposa no lo engaña está asistiendo a consultas psicológicas”.
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