La vida es una. Solamente una. Vivimos casi sin darnos cuenta. Cuando nos llega el momento, tan solo podemos echar la vista atrás y darnos cuentas de lo que hemos obtenido de la experiencia vivida. Nadie sabe qué hay después de la muerte, pero sin duda hay solo una cosa, más VIDA.
Todo esto es tan solo un sueño, un chiste, una metáfora para interpretar libremente. Esa es la cualidad de el sueño, que es todo nuestro. Sin embargo nuestra libertad se ve limitada cuando le damos valor a algo que no lo tiene. Lo único que vale es la vida. Todo lo demás es una ilusión. Como en un sueño, lo que realmente importa no son los detalles, sino la capacidad de crear el sueño que queremos ver.
No hay tiempo para quejarse de lo que no nos gusta, si algo no te gusta y no puedes aprender a vivir con ello o simplemente cámbialo. Pero antes de cambiarlo debes hacer una cosa: debes asumir que nadie te puede hacer daño. El único capaz de hacerte daño moral, eres tu. Por lo tanto puedes estar abierto a cualquier tipo de cambio que te presente la vida.
Nuestras inseguridades, falta de respeto y consideración hacia nosotros mismos, así como la desconfianza y el miedo a lo desconocido nos hacen estar en un estado de incertidumbre donde no somos dueños de nuestra experiencia. Para tomar conciencia de todos y cada uno de los factores que determinan nuestra personalidad debemos aprender a observar, fundirnos con el entorno para sentirnos uno con él. El miedo que nos impide hace eso es el signo de que confiamos solo en nuestras propias fuerzas, cuando en todo momento nuestra fuerza depende de lo que vemos fuera.
Si eliges ver el miedo, el odio, la desesperación, la ira, la frustración, la codicia, avaricia, etc... serás testigo de tus propias visiones. Recuerda que todo lo decides y creas tu!
Lo que te pasa, simplemente esta para que te conozcas a ti mismo. Puedes usar la experiencia a tu favor o dejarte limitar por tus miedos y vivirla tan solo a medias, en piloto automático, de manera inconsciente, como un barco sin velas.
Recuerda que tus miedos no son tuyos, son de la sociedad, que en su intento por sobrevivir señala al individuo como origen de sus limitaciones. Naciste sin miedos y en el camino te hicieron cargar con algunos de ellos que no serías capaz de manejar durante tu vida.