Hoy vengo a hablarles acerca de la lealtad, porque a veces observo confusiones en personas que hacen cosas indebidas, bajo la premisa que están siendo leales. Pero están equivocadas, no tienen respeto a la ley y se sienten con el camino libre para atropellarlo todo.

La lealtad proviene de la palabra latina “Legalis que significa respeto a la ley” pero también conlleva un profundo sentimiento de fidelidad y de respeto hacia los demás, con los compromisos y responsabilidades que tengamos.

A lo largo de los años me he esmerado y en serio, a ser leal con el entorno, a través de mi familia, con los trabajos y negocios, con la comunidad, en su sentido más amplio, colegios, iglesias, instituciones y hasta con el país.

Este concepto está muy bien delimitado porque la lealtad solo está asociada a comportamientos, con las buenas costumbres, con los valores y principios éticos, entonces esto me recuerda que tengo el derecho de decir NO cuando veo que algo está reñido con la ética.

Soy leal cuando hago algo por los demás, pero siempre y cuando sea lo correcto y hacer lo correcto siempre es una buena decisión. Normalmente, tiene que ver con tomar como guía los valores humanos y las buenas costumbres; no hacerle daño a nadie y buscar el beneficio de la humanidad. Imposible estar más de acuerdo con esta premisa.

A veces no sabemos por qué nos pasa lo que nos pasa

A veces he pasado demasiado tiempo con indecisiones que a fin de cuentas me han dejado en el mismo lugar o quizás más grave aún en el limbo, es cuando me digo “enfócate, define tus objetivos y trabaja con todo el empeño para lograrlo”... ¡Haz lo correcto y mañana no tendrás de que arrepentirte!.

La vida siempre me presenta altibajos en todos los ámbitos y No siempre todo me sale bien, esto me recuerda que no es la mayoría de las veces que las cosas no me salen como lo espero, aunque según mi perspectiva, mi mirada casi siempre las cosas van bien.

Mientras más rápido identifico cuando las cosas no van por buen camino, más rápido salgo de esa situación, ya que identifico lo que no me funciona e involucro recursos para que todo gire a mi favor.

Sin ser obstinada, no confundo perseverancia con necedad. Si algo no va bien, pienso, analizo, hago los ajustes necesarios y sigo adelante aún en tiempo, porque situaciones como estas me recuerdan que en la vida, la única constante es el cambio.

¿Y cuándo ME PASA que hago? Llega el alumno, y aparece el maestro

No me quedo atascada, solo lo miro como algo normal. Si hay una característica fundamental en la “gente de éxito” es que nunca paramos de estudiar y no me canso jamás de hacerlo, porque eso es exactamente lo que me mantiene apegada al éxito y es que el éxito no es un fin, no es una meta, es un camino, un proceso.

“El éxito es una manera de vivir”… un estilo de vida… solo eso

Actualmente estoy una vez más en una etapa de aprendizaje, experimentando con un nuevo proyecto muy interesante que requiere como todo: dedicación, conocimiento, práctica y que los errores sirvan para aprender que existen y hay que vencer.

Esto es clave para que se conviertan en creadores de tecnología, en ciudadanos conscientes de su entorno y líderes en su comunidad. Si tan solo podemos impactar e inspirar a una sola persona, el trabajo está hecho y me reafirma que “Si” es el camino correcto; así muchos de quienes están en mi entorno piensen todo lo contrario por la situación socioeconómica que se vive en mi país.