¡Pasamos casi todo el día en Plaza para Todos!



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Hoy tuve tiempo de ocio para pensar bastante mientras esperaba y decidí, de manera definitiva, que usaría mi cuenta personal para lograr contarles algo más que los eventos en los que participo. Y algo que les quería contar, para comenzar con este nuevo plan, es nuestra mañana de hoy, que se extendió hasta la tarde.

Estuve conversando con @soy-laloreto sobre dónde publicar esto para no ponerlo en una comunidad que no fuera apropiada. Después de varios mensajes, decidimos que la comunidad de Lifestyle es la mejor opción para esto. Pero mi día no comenzó así. Mi día comenzó a las 4:30 a.m. y, si sigues leyendo, te seguiré contando.

El día anterior, habíamos decidido poner la alarma a las 5 a.m. para irnos entre las 6:30 y las 7 de la mañana. Así lo hicimos, nos acostamos a dormir, pero algo nos sorprendió: un trueno muy fuerte, demasiado. De esos que parecen sacados de una película de terror y que no te dejan seguir durmiendo. Eso me pasó a mí. Mi pareja, en cambio, siguió durmiendo tranquilamente. Yo estuve dando vueltas en la cama hasta que sonó la alarma. Me levanté e hice lo de siempre cuando uno se despierta (aunque yo ya estaba despierta): revisé el teléfono para luego ir al baño.

Hicimos el desayuno para llevar, nos preparamos para salir y metimos a la paciente en su kennel. Pedimos un taxi y nos fuimos. Salimos a las 6:30 a.m., más o menos, y llegamos pocos minutos después. Pero por la hora y porque íbamos con la paciente, decidimos tomar un taxi. Además, podía llover, y los gatos no soportan el agua, y nosotras tampoco.

Hablamos ahora un poco de la paciente: se llama Eclipsa, una gata preciosa aunque no haya podido tomarle una foto que refleje su belleza, ya que me miraba con cierto recelo. Es la gata de mi pareja y tiene 5 años. Ya ha sido mamá; su hijo, Stanley (un nombre tan original como los termos de moda y el tío Stan de Gravity Falls), tiene casi 7 meses. Para evitar un posible incesto, mi pareja decidió esterilizarlo.

Todo el proceso fue bastante tedioso, siendo honesta. Llegamos y la clínica aún no había abierto, así que tuvimos que esperar hasta las 8 a.m. Luego, esperamos hasta las 9 a.m. para que comenzaran a atender y no fue hasta pasadas las 10:30 a.m. que la pequeña (la gata) ingresó. Finalmente, pudimos pagar alrededor de las 12 del mediodía y nos entregaron a la gatita recién operada a las 2 p.m. A pesar de las largas esperas, el servicio es económico y ofrecen consultas veterinarias diarias, excepto los miércoles que dedican a esterilizaciones y castraciones. Es un servicio municipal de la Alcaldía de Maracaibo.

Entre tanta espera, observando a otros gatos y conversando sobre ellos, el aburrimiento comenzó a apoderarse de mí. Aunque el aburrimiento puede ser positivo, cuando no sabes cuánto tiempo vas a esperar, la situación se vuelve más complicada. Llevé un libro de mi novia, quien es una gran fan de Taylor Swift. Leyendo sobre ella, creo que me estoy convirtiendo en fan también, al menos por ahora. Además, aproveché para tranquilizar a la mamá de la paciente, que sufre de ansiedad y esta situación la estaba afectando. Después de algunos chistes (aunque fueran malos), se calmó. Comimos, leí en voz alta el libro y, por fin, pudimos llevar a la gata a casa.

En casa, la situación sigue siendo similar: dos adultas cuidando a una gata, asegurándonos de que beba agua, coma y no se quite los puntos. Mañana les contaré si hay alguna mejora.

PD: Sí, el kennel tiene un sticker de Liketu. Lo conseguí en mi morral y se lo puse para identificarlo entre otros que se parecían al nuestro.


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