Saludos amigos, continuando con las entradas sobre consejos para escritores, por acá les comparto algunas acotaciones y sugerencias que nos ayudarán a la hora de escribir los diálogos en nuestras historias. Espero que sea de provecho para aquellos interesados en aprender cómo hacerlo correctamente. Sin más que decir, los dejo con el post...
Gerd Altmann en PixabaySi prestas atención a la forma cómo se expresan las personas a tu alrededor, notaras que cada uno tiene una voz propia para expresar sus ideas, dejando ver su humor, emociones o personalidad. Del mismo modo, al escribir nuestros diálogos estos deben aportar los rasgos esenciales de un personaje en medio de la trama: su inteligencia, su temperamento, su educación... etc. Siempre que escribamos diálogos estos deben ser convincentes, reales y consistente con el mundo ficcional que se está creando. Está claro que los personajes deben “hablar” y tendrán que hacerlo de forma orgánica y cónsona con el estilo de vida que llevan. Esta voz deber ser única y fluir con naturalidad.
Los diálogos deben expresar sólo lo necesario. Todo lo que no aporte, debe irse. Su principal objetivo es hacer que la historia avance, y un buen escritor los usará para proporcionar información de relevancia sobre el mundo, los personajes o los conflictos dentro de la historia narrada, cuidando el excesivo uso de los verba dicendi —verbos del habla o reflexivos— y las acotaciones; pues, si sabe escribirlos, el lector identificará a cada personaje dentro de la obra sin que sea necesario hacer la referencia a este.
Ivana Tomášková en PixabayPartes del diálogo y Cómo escribirlos.
Los diálogos, en la literatura, tienen sus propias reglas a la hora de escribirse. Lo primero que debemos saber es que constan de dos elementos fácilmente identificables: EL PARLAMENTO y la ACOTACIÓN. El Parlamento es todo aquello que los personajes dicen de voz propia; La Acotación, también conocida como el inciso, es la información dada por el autor sobre quién lo dice, cuando lo dice, dónde lo dice y cómo lo hace; es decir, una forma de complementar lo dicho. Ej:
—Esa será nuestra casa.
El signo que se usa para escribir los diálogos es la raya (—), no el guion, y ésta siempre va pegada al parlamento, sin dejar ningún espacio. En cambio, los incisos deben escribirse siempre entre rayas o entre raya y signo de puntuación. Ej:
—La mesa está servida, señora —informó el mayordomo—. Si no requiere de otro servicio, pido permiso para retirarme. —E hizo una reverencia y esperó hasta que la orden fuera dada.
Los diálogos nunca se cierran con la raya, lo correcto es cerrarlos con el punto y aparte. Ej:
—No lo haré —gritó enfurecida.
Sin embargo, cuando no se usan verbos del habla o pensamiento, se debe colocar punto antes y después de la raya del inciso e iniciar con mayúsculas dicha acotación. Ej:
—No lo haré. —Se levantó de la silla bruscamente—. Ya estoy cansada de que me obligues a hacer tu voluntad —gritó enfurecida.
Los signos de puntuación también cumplen reglas dentro de los diálogos escritos. Por ejemplo, si en la acotación hay verba dicendi, el signo irá pegado al inciso; en caso contrario, irá pegado al parlamento (el punto (.) en este caso).
—¡No firmaré! —gritó enfurecida. (verba dicendi)
—No firmaré. —Y tiró el bolígrafo sobre el escritorio. (verbo de acción)
Hay Dos EXCEPCIONES según la RAE para la regla de los incisos:
1) Si el dialogo no puede ser interrumpido por un punto, se colocará coma (,) después de la raya y el inciso deberá ir en minúsculas. Ej:
—Esta no es una sugerencia —y le apuntó con el arma—, es una orden.
2) Si el verbo no es de habla, pero sigue haciendo referencia a una forma de expresión, la acotación se seguirá escribiendo en minúsculas, por ejemplo, con el verbo “sonreír”
—Pero que cosas dices —y sonrió avergonzada.
Escribir diálogos efectivos puede resultar una tarea titánica algunas veces, por eso es importante definir el efecto que queremos conseguir con ellos. En resumen, a la hora de escribir buenos diálogos serían, es bueno tener en cuenta lo siguiente:
a) Usar correctamente los incisos para complementar el parlamento.
b)Evitar la superficialidad y enfocarse en lo relevante.
c)Usar una línea de dialogo por cada personaje.
d)La información del dialogo es para los personajes, no para el lector.
e)Cuidar las proporciones de los parlamentos y las acotaciones, así como los tiempos verbales de tus oraciones.
f)Buscar siempre dar una voz propia a cada personaje.
Y tenga presente que los diálogos deben ser usados siempre que la voz del personaje (y no la del narrador) se necesaria en la trama, trayéndole al lector la perspectiva que este tiene de un asunto. Nunca será lo mismo una confesión de amor dicha por el narrador (Y ella le dijo que lo amaba) que una donde el personaje lo hace con sus propias palabras. Una última cosa, revisa siempre lo que quieres decir y luego prueba cómo decirlo. Busca las palabras que mejor se ajusten al ambiente, la temporalidad y los rasgos de tu personaje, pues, un poeta y un delincuente, por ejemplo, jamás dirán “te amo” con las mismas palabras. Hasta una próxima entrega.
I. Algunas consideraciones para escribir un buen relato.
II. Los narradores: una voz para decirlo todo.
III. Cómo aburrir a un lector