Wendy pataleó y se resistió mientras las arrastré hasta la tumba halándola por su cabello rubio. Nunca lo había hecho de esta manera, siempre me encargaba de que murieran primero, pero el odio que sentía por Wendy era superior al que sentí por las demás, porque de alguna manera yo sabía que Wendy era la indicada para él, y no quería permitirlo. Así que la haría sufrir mucho, porque ella tenía el poder de alejar a Peter por siempre de mí, ella podía hacer que mi pequeña luz se extinguiera por completo.

Su cuerpo cayó con un sonido seco al fondo de la tumba, ella aun trataba de liberarse de sus ataduras, qué necia. Tomé la pala y comencé a echarle la tierra encima, era agotador, pero ya estaba acostumbrada, lo había hecho tantas veces que no entendía cómo Peter no había podido hallar los cuerpos aún.

No temas, Wendy. No estarás sola. Aquí están todas. La chica de su clase, la mesera coqueta del restaurante, su novia de la escuela y las demás. Te harán compañía y yo incluso las visito a veces. Él estará bien, yo lo cuidaré.

De pronto oigo tenues pasos sobre las hojas secas y mi corazón da un brinco al voltear, es Peter. Vino, me encontró, las encontró a todas por fin y quiero hablar para explicarle y que entienda que era necesario que yo hiciera esto por nosotros, para que mi luz se mantuviera encendida, pero no tuve tiempo. Peter me golpea con fuerza en las sienes con una roca y un dolor cegador se extiende por toda mi cabeza.

No puedo mantenerme en pie, el golpe me envía al fondo de la tumba, junto con Wendy. La sangre caliente resbala por mi oreja y sigue corriendo por mi cuello, quiero hablar, pero el dolor es demasiado fuerte, y siento que no podía mover mi lengua ni ninguna de mis extremidades.

¡Estás loca! Todo este tiempo… sabía que habías sido tú.

Puedo sentir cómo ayuda a Wendy a salir del hoyo. Seguro la abraza, seguro la besa… quiero moverme, arrancarla de su lado, hablar, explicarle, pero entonces siento la tierra cayendo sobre mí. Montón a montón. Está enterrándome. Peter se deshace de mí y se queda con ella.

Mientras las paladas de tierra me arropan lloro en mi interior porque comprendo que no es el peso de la tierra lo que va a matarme y asfixiarme, es su desprecio, su rechazo, es el hecho de que nunca me amará de la misma feroz manera que yo lo he hecho. Tomé la vida de todas ellas para poder estar con él, para protegerlo, lo cuidé desde la oscuridad de mis escondites y lo ayudé en el anonimato. Tal vez no debí hacerlo, tal vez no debí darle este poder. Hice tanto por él y ahora me entierra con sus propias manos, como si yo fuera una de esas chicas fáciles de olvidar.

Es triste y aun así mágica, la forma en que funciona el amor. Pero sé que, a pesar de todo, él me recordará porque, aunque sea en lo profundo de sus más temidas pesadillas, yo estaré siguiéndolo para que brille mi luz.