Preguntas extrañas me llegan a la cabeza como: ¿Por qué solo los Lockes hacen que funcionen? ¿Qué hace tan especial su sangre? Quizás sean preguntas que se revelarán con más detalle en la tercera entrega de la serie, que en mi opinión, creo que descartará a varios personajes entrañables, especialmente el de Laysla De Oliveira como Dodge; mi antagonista preferida, pues su interpretación como villana en la primera temporada me ha gustado bastante y desde entonces se volvió mi preferida. Sin embargo, el papel de Griffin Gluck (Gabe), como el nuevo Dodge en la segunda temporada ha sido bastante bueno, pues le da un aire nuevo al personaje; aparentemente frágil pero inteligente, guapo y mordaz. Aunque no me gustó como fueron girando algunos aspectos de su personalidad, puesto que, en la primera temporada, Dodge no tenía sentimientos por nadie sino por sí misma, y en esta nueva entrega quisieron darle un toque más romántico. Pero creo que esto se debe a que los escritores querían ofrecer nuevas facetas a sus personajes pero preservar la de algunos, lo cual me pareció muy injusto y en mi entender no caló mucho.

Podemos decir que en términos generales, esta temporada mantiene la secuencia de la primera, pero con un entorno más fuerte y lúgubre, lleno de más drama juvenil que opaca en gran porcentaje cada episodio, y a mí en lo particular, me interesaba más el tema de la magia de las llaves y como es que solo una familia y su sangre podían crearlas.

Pienso que los productores y el resto del personal querían extender más el misterio, pues tenían planificada la tercera temporada con nuevas sorpresas y cosas sin desvelar. Aunque el drama juvenil lo único que hacía era exasperarme, después de analizarlo con gran detenimiento, me di cuenta que esa era la sustancia que convertía Locke & Key en una de las mejores series de Netflix. En esencia, es una serie adaptada a nuestra época con todas las tecnologías que poseemos hoy en día; aparte de darnos retazos del pasado, explicándonos algunas cosas de las llaves mágicas y preparándonos para el nuevo antagonista de la tercera temporada, que será interpretado por el actor canadiense Kevin Durand.

La trama, aunque no mantiene mucho un equilibrio, por las razones que he mencionado con antelación, sigue siendo intrigante, dejando lo mejor para el final de cada episodio. Aunque hubo escenas que me parecieron predecibles, giros inesperados que aunque no estuvieron mal, se notaba que intentaban destrozar nuestros corazones como espectadores; colocando algunas escenas en pantalla lenta y música melancólica. Hubo personajes que al cumplir su cometido ya no era necesario que estuvieran, así como otros que no merecían morir en mi opinión, pero bueno, a esto me refiero con que la serie es más oscura y tiene una manera de entregarnos “crudeza” en varias formas.

Los directores Carlton Cuse (Creador), Meredith Averill (Creador), Michael Morris, Vincenzo Natali, Tim Southam, Mark Tonderai, y Dawn Wilkinson, tuvieron bastante tiempo para dirigir y escribir una trama que fuera lo bastante buena como para perdonar los detalles del misterio que no quieren otorgarnos, creo que debieron hacerla más interesante y no concentrarse en unos flashbacks sugestivos para estimular la imaginación de algunas cosas que no entendíamos. No sé cuántas temporadas tendrá esta serie, solo espero que no se tarden mucho en revelarnos toda la verdad.

Esta segunda temporada de Locke & Key ha sido bastante intrigante, ha tenido acción, mucho drama juvenil, romance que paulatinamente se va volviendo trágico, algunas escenas lamentables y perdidas de personajes entrañables, pero por alguna razón y analizando la trama, no debían de estar mucho tiempo más allí. El final nos deja con más preguntas y no podríamos imaginar cómo se van a desenvolver las cosas durante la tercera entrega, pero pienso que será mucho más emocionante, puesto que la trama nos da algunas señales de lo turbio que se volverá todo. Si no han visto esta serie y les da curiosidad, les recomiendo verla, es perfecta para un maratón de fin de semana.