Alma Masacrada. Capítulo 2.

Aviso 1: Todo lo que leas aquí es FICCIÓN , es solo una historia cruda con el modelo de terror por el mes de Halloween.

Aviso 2: En esta historia habrá como imágenes como información que puede ser sensible para algunos, así que si eres sensible ; mantén discreción.

Aviso 3: Las imágenes son de apoyo para dar a entender algunas escenas, no son una representación literal.

Una vez dicho esto, comencemos...

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Tras dejarla exhausta se fue a la casa de Marión pero ya con las llaves que tenía Cristal. Condujo en medio de la mañana. La ciudad estaba en el ambiente de Halloween ya que faltaba un día para las fiestas adolescentes y los niños disfrazados de monstruos. Él, iba vestido de... él, desde que tuvo ese pensamiento ya estaba vestido como Calígula, como Satanás, como El Destripador.
Llegó y, abrió la puerta de la casa, esperó en una hora. Marion había llegado, se armó con su palo de madera, lo iba a sorprender por espaldas con un fuerte golpe que lo dejaría inconsciente. Abrió la cerradura, Marion notaba algo extraño, una vibra pesada, se fue a la sala de estar donde estaba Tyrone, encendió la luz y... no había nada extraño. Subió las escaleras, fue a su cuarto y antes de que prendiera la luz él sabía que alguien estaba atrás de él. Quedó paralizado y reventó el palo en su cabeza, para su suerte no sonó tanto. En eso ató sus manos, sus pies y le tapó la boca con cinta. El mismo modos operandi, bolsa de cadáver y adiós. Pero no condujo hasta su casa, sino hasta otro tramo de esta, antes de que se despertará lo llevó a otra casucha/establo de su padre. Y así es, este lugar tenía otro sótano. Una vez ahí, lo colgó de los brazos con nudos apretados.
Despertó y para Tyrone la diversión había llegado.

-Hola, viejo amigo.
-¿Quién putas eres?
-Las personas siempre se olvidan del mal que hicieron en otras personas, hasta que... no le hacen eso a ellas, no lo olvidan... -el tono de voz lo hizo recordar.
-Tyrone -dijo afirmándolo pero con dudas y arrastrando el énfasis de signo de interrogación.
-Que mal esposo, ni siquiera te preguntaste por las mujeres de tu vida.
-Bastardo hijo de puta, te mato si les hiciste algo -su cara se tornó como la de un toro.
-Sí, sí. Soporté tres años contigo, tus palabras son anestesia para mi mente de borrador.

El cuarto de tortura parecía oxidado, más no lo estaba. era deprimente, era el infierno.

-Se me ocurrió que... eres un buen actor, ¿no? Me quitaste el título de teatro, no seas modesto.
.¿Qué quieres de mi, maldito chupapenes?
-¿Has visto Game Of Thrones? - preguntó tranquilamente.
-...
Tyrone se acercó y puso su cara en frente de la suya y con voz sería dijo:
-Tú serás mi "Hedor".
Marion escuchó eso y lo pateó lo más fuerte que pudo.
-Desgraciado hijo de perra -agarró un palo y empezó a pegarle a las piernas de Marion hasta que el palo reventará o las piernas de este reventaran.
Fue al cuarto vecino por un juguete de tortura.
-Estarás sudado o apestoso por tu trabajo, Hedor -y le lanzó una cubeta con agua caliente, el grito de Marion fue desgarrador-. Y si vuelves a maldecirme -sacó una navaja- lo lamentarás.

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Eran las siete de la mañana, el Halloween era esa noche. Tyrone fue a desayunar, en cuanto acabó con su comida regresó al cuarto con una sopa.
-¿Hola, amigo!
-Déjame salir -dijo Marion entumido y un poco quemado por el agua.
-Ten -le ofreció la sopa en la boca para que quedase alimentado y que la tortura se alargase para él, con energía del torturado.
Marion comió de la sopa y Tyrone lo limpió de su boca.
-Juguemos un juego, te hago tres encuestas y si... contestas las tres preguntas, te dejo ir. Por cada que falles, te pondré mi nombre -le quitó la playera- en tu estomago con mi navaja -le enseñó el filo de esta.
-Que sea así...
-¡Bien! Dime ¿Quién escribió "El Anticristo"?
-Cioran -alargando el signo de interrogación en su respuesta.
-Que maldito -empezó a dibujar con la navaja la línea vertical de la "T" mientras que Marion empezó a gritar.
-PARAAA, YA SÉ QUIÉN ES
-Dime, Hedor.
-Nietzsche.
Tyrone se sorprendió.
-Bien. Muy bien.
Pensó en la pregunta siguiente por unos segundos:
-¿Quién dirigió "El Padrino"?
-No lo sé...
Y finalizó la "T" con la línea horizontal y rayó la "Y" mientras Marion estaba gritando lo más que podía.
-Scorsese -respondió.
-Ups... -rayó la "R" y la sangre que escurría en su estomago fue lamida por Tyrone.
-Co...pola -respondió exhausto.
-¡¿Qué?!
-Coppola.
-Correcto -dijo Tyrone.
Tyrone pensó en la última pregunta:
-Vamos con la última pregunta... -la pregunta más delicada fue:- ¿Qué crees que le hice a tu esposa?
-Te voy a matar.
-Nooop, no le hice un "te voy a matar" a tu esposa -se acercó a él y lo cacheteó-. Dime que fue lo que le hice.
-La golpeaste -dijo eso por no decir otra cosa.
Tyrone sonrió.
-Ahora como no contestaste bien dos veces -empezó a escribir la "O"-... acabé la "O", JAJAJA, me recuerda a como le dejé el culo -le acababa de dar una pista-... mierdaaa, te di una pista -sonrió sádicamente.
-La... ¿violaste? -empezó a llorar.
-Sííí -empezó a reír-. Muy bien, ganaste.
Empezó a apuntar y a tomar precisión con el cuchillo para cortar las cuerdas que sostenían las manos de Marion.
-Aunque -se volvió a él-... nunca me preguntaste si todo esto era mentira -Marion empezó a llorar-. Te diré que soy Timoteo: vendrán tiempos peores. Cambia el "tiempos" por "momentos". Y aparte se ve antiestético "TYRO", te escribiré lo que falta. Hedor, agradéceme que pensé en ti -escribió con el cuchillo la "N" mientras que Marion gritaba hasta revivir a los muertos. Tyrone escribió la "E" para finalizar-. Así es la vida, Hedor, nunca ha sido justa. Y nunca lo será.

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-Ya son las 4, Hedor -le dijo mientras comía en el mismo cuarto-. Cuatro de la tarde.
-Haré lo que quieras...
Tyrone se paró de su asiento y dijo:
-Es muy fácil hacerle la vida imposible a alguien en tres años, ahora esos tres años te los estoy devolviendo en un día -destapó la televisión y comenzó a poner el video de la violación.
-¿Qué es eso? -preguntó Marion.
-Pensé en usted, Hedor, y como está muy aburrido en este lugar pensé en traerle una película. Adiós -comenzó el video de la violación y salió del cuarto para cerrarlo con seguro.
Los ritos y las maldiciones de Marion se concentraron en ese cuarto. Las imágenes fueron la causa la desgarrar su garganta de esos gritos tan infernales.

Tyrone volvió hasta que se acabará ese video. Calculó las dos horas y volvió al cuarto.
-Hola, Hedor. ¿Te entretuviste?
-Hijo de puta -dijo Marion exhausto y entumido por estar horas colgado.
-Ya te dije que no dijeras groserías.
-Si a mis hijas les hiciste algo, te mato, hijo de perra.
-Tranquilo, vamos a ir al infierno -se acercó con un clavo y un martillo-... y en el infierno te voy a volver a masacrar -puso el clavo en una palma de su mano y empezó a clavar con martillazos su palma atravesando su piel y la pared.
Los gritos fueron más desgarradores que nunca, hasta asustaron a Tyrone. Empezó a mover sus piernas del dolor que sentía. Y Tyrone empezó a golpearlas hasta dejarlas inmóviles. Después de acabar con sus piernas, empezó con la otra palma de su mano, agarró el clavo, el martillo y empezó a clavar la punta de este hasta oír los llantos de Marion. Clavó y clavó hasta acabar de clavar.
-Me hiciste acordar a lo que les hice a tus hijas...
-¡TE VOY A MATAR, HIJO DE PUTAAAA! HIJODEPUTAAAAAA -gritó Marion con todo lo que podía.
-Te lo advertí -sacó el cuchillo de su bolsillo y le cortó tres dedos. Y esos tres dedos los guardó en una caja.
Otro largo grito cargado con lágrimas emitió Marion.
-No aprendes, Hedor. Ahora vuelvo -Tyrone salió del cuarto.

Por la zona urbana, los niños ya salían vestidos de Drácula, Frankenstein, brujas, diablos; de aquellos personajes terroríficos. Y algunas adolescentes con sus disfraces más provocativos junto con chicos disfrazados para irse de fiestas y fumar, tener sexo, romper cosas.

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Después de unos siete minutos, Tyrone regresó con una bolsa que se notaba que tenía algo dentro de ella
-Mira, Hedor, lo que tengo aquí -y sacó una cabeza de cerdo de la bolsa. Una cabeza hueca de cerdo con dos agujeros para los ojos.
-... -empezó a vomitar Marion.
-Tranquilo -se acercó a él y le colocó la "máscara" de cerdo en su cabeza.
Marion podía ver a través de los orificios.
-Te la puse como disfraz de Halloween. Ahora juguemos a un juego: dime que es lo que sientes al ver estas fotos -agarró el mazo de fotos con sus dos manos.
Pero Marion no respondió, solo asintió brevemente.
-¿Qué sientes al ver está foto? -le mostró una foto de un paisaje oscuro.
-Mie... mie...
-Otra grosería y te mato.
-MIEDO.
-Muy bien -cambió la foto a la de un animal muerto-, ¿y en esta?
-... -pensó en que si decía una mala palabra, moriría. Y el quería morir, ya no soportaba la tortura- MIERDA -gritó.
-Quieres morir, te daré el gusto -le puso el cuchillo en la muñeca- pero, antes tienes que mirar una foto más -mostró la foto trucada del asesinato de sus dos hijas-... ¿Conoces a estas dos niñas? -empezó a reír.
Los ojos de Marion se dilataron y Tyrone vió por un instante una lágrima caer de su ojo izquierdo. Comenzó a gritar, se oían de todo, llantos, groserías, gritos que ya no parecían humanos. Pero Tyrone pasó la foto por el aire mofándose de él. Y rajó sus muñecas, ambas. Misión cumplida de Tyrone, la ultima foto panorámica que Marion vió fue sus dos hijas muertas. Tyrone fue incapaz de matarlas, pensaba que no era necesario. Y ahí quedó Marion, bautizado por el nombre del personaje de Juego de Tronos: Theon, cuando fue torturado por Ramsay y este lo bautizó como "Hedor". colgado por cuerdas y clavos, rayado por un cuchillo que escribió "TYRONE" en su estómago, humillado al ver el video de la violación, con las venas rotas, con tres dedos faltantes, quemado por agua caliente... y con una máscara de cerdo.

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Tyrone salió del cuarto para salir de la casucha y dirigirse a su auto. Condujo hasta llegar a la zona urbana de la ciudad. Le costó unos cuarenta minutos para llegar. Presenció tan solo llegar, el decorado de las calles, los niños pequeños vestidos de Frankenstein, Drácula, la momia, de fantasmas. Y la mayoría de adolescentes femeninas con sus disfraces provocativos junto con sus novios probablemente estúpidos. En el auto, Tyrone contemplaba el panorama, se puso una gabardina para tapar las manchas de sangre de su víctima y salió del carro. Caminando a las calles un grupo de cinco niños se juntaron hacía él.
-¡¿Tiene dulces -con entusiasmo los niños preguntaron-!?
-Claro que sí, pero ocupo que se tapen los ojos para poner los dulces en sus calabazas -dijo Tyrone.
Los niños obedecieron y se taparon los ojos. Tyrone sacó un frasco de su gabardina, lo abrió y sacó un dedo, el dedo cortado de Marion y lo depositó en la bolsa de un niño, sacó el segundo dedo cortado y lo puso en otra bolsa de otro niño diferente, sacó el dedo restante y lo depositó en la bolsa de otro niño. Dos niños no recibieron dulces. se alejó y gritó.
-Ya los pueden abrir.
los niños metieron su mano a sus calabazas y sintieron algo raro, los niños que no obtuvieron regalos no sintieron nada, pero los que sí... sacaron el dedo y se pusieron a gritar. Corrieron en distintas direcciones. Tyrone siguió caminando, se sacó la gabardina para lucir la sangre de su camisa, los gritos de la gente llamándolo "asesino", la policía yendo a esa dirección que Tyrone les había dado, las ambulancias, todo eso se mezcló. Tyrone sacó un cuchillo de su pantalón y mientras seguía caminando se rajó la garganta, la sangre empezó a llover y a caer y su alma empezó a salirse de su cuerpo por ese corte. Cayó de rodillas y murió. ¿Para qué iba a contar esa historia otra vez? Ya le cansaba contarle su vida a psicólogos, no cambiaría nada contar su testimonio a una fiscalía. Sabía que lo meterían preso, y él ya había tenido una vida de mierda. Mejor morir como el asesino más famoso de su ciudad. Era lo que él quería.

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