Hola Hivers
Hoy traigo para ustedes partes de mi alma nómada, que camina por senderos libres donde el Amor es la única consigna.
Y una sonrisa tuya bastará para sanarme... Le decía, porque era eso lo que me brindaba luz cuando lo tenía frente a mí, alguna vez existimos en el mismo destino y en uno de nuestros mundos me preguntaste... ¿Qué es eso que te hace conectar conmigo? Te di tres razones y un único camino.
En primer lugar, vayamos al más acá, donde los sentidos son quienes buscan dominar la existencia, allí existen miradas que se me escapan detrás de tu sonrisa, pasos agigantados que se aceleran al ritmo de la voz que te imagino, cada destello de luz que observo en tu mirada, que alumbra pedacitos de mi camino errante.
Cantos de pájaros, algunas abejas, dulces caprichos que van complaciendo mi paladar y que imagino saben a ti. En ese más acá, las inquebrantables leyes de lo que somos son tu mágica defensa.
Pero hay una razón más central, esa que trae el conocimiento del mundo, los pensamientos que forman lo que crees ser, puntos de vistas sobre el mundo que nos rodea, cavilaciones sensatas que van proponiendo paradigmas de estilos de vida, esos que nos encaminan a auto observar, que nos ponen a dicernir entre que hacer y que no, conocimiento, de algo, de todo, de nada, pero que me hace curiosa y le lleva a imaginarme tu pupila, más discretamente como niña observaré a lo lejos, no para aprender de ti, más bien para aprenderte.
Entonces llega la razón del más allá, esa que no es razón ni nada, sólo se siente, cuando simplemente somos en el momento que existe, cuando lees a otro y te lees a ti, comprendiendo que no hay distintos, ni tampoco uno, sólo hay, esencia infinita, respiración paciente, palpitar. Un abrir y cerrar de ojos que nos hace transitar ese único camino de Amor, donde de vez en cuando despertamos reconociendonos, donde por momentos somos libres, somos todo y nada, y de vez en cuando nace una sonrisa que lo recuerda en la eternidad.