La vida, en una de sus mágicas estrategias, me colocó en los espacios precisos para desarrollar mis talentos natos. La Escuela de Artes de la Universidad Central de Venezuela (UCV), fue mi impulso y mi punto de partida para la aventura que sería mi actual profesión: el Arte.
El Teatro, la Danza: las Artes Escénicas, abrieron un nuevo umbral en mi vida, no sólo como parte de mi profesionalización, sino también en el desarrollo de mi crecimiento personal. Todas las personas con quienes he podido trabajar, formarme y crear vínculos, los espacios en los que me he desenvuelto y que me han conectado con otros tantos, han sido vitales para ser quien soy hoy.

Inicia la aventura.

La vida en sí es una constante búsqueda, buscamos amor, éxito, reconocimiento, sabiduría, un abanico de posibilidades, y en medio de esas pequeñas búsquedas se van abriendo nuevas rutas que nos llevan a recorrer distintos caminos que enriquecen el destino hacia el que nos dirigimos.

Cuando comencé a hacer teatro, mi primer acercamiento con el teatro físico me atrapó y me llevó a relacionarme con otras disciplinas como la danza y el yoga para enriquecer y profundizar en nuevas herramientas. Hoy por hoy estos son pilares fundamentales en mi estilo de vida y mi forma de pensar.

La gratitud es el camino.

Con la llegada del confinamiento vinieron a mi un sin fin de dudas, dentro de los conocimientos y habilidades adquiridas en estos años ¿qué podría usar para seguir aportando entretenimiento y reflexión a las personas en sus casas?, que al fin y al cabo es el estilo de teatro al que apuntamos. Ese fue mi principal móvil, conseguir algo que poder aportar aún con las implicaciones del distanciamiento.

Gracias a esa pregunta y a todo el caos circundante, me encontré frente a una necesidad profunda de ayudar a las personas a ver, a hacerse más conscientes de lo afortunados que somos ante esta situación y tomar acción con agradecimiento, así surgió Ramelogía con Gratitud.

Este nuevo espacio me permitió reconectar con la escritura, comprender que siempre tenemos algo que decir y que nuestras opiniones, siempre que aporten algo constructivo, son importantes. Allí conseguí la respuesta a mi inquietud, sí tenía algo para dar, desde mis reflexiones y mi manera positiva de ver la vida había conseguido algo que me movía y que me conectaba con cosas que me apasionan y habían quedado a un lado por otras prioridades.

¿Cuál es el destino?

Mi contenido está enfocado en vivencias propias y de terceros que me movilizan a reflexionar y a hacer un llamado de atención a quienes las leen, encontrar un motivo para agradecer y para seguir adelante frente a cualquier situación que podamos atravesar en nuestras vidas.

Utilizando distintas herramientas como la meditación, la práctica asidua de yoga, el autoconocimiento, la gratitud, la toma de conciencia y de responsabilidad con nuestras acciones diarias, entre otros, buscaremos conseguir la armonía interna que necesitamos para mantenernos cargados de buena energía y poderla llevar a nuestro entorno.

HIVE, una ventana a nuevas oportunidades.

Esta plataforma me permitiría ampliar y desarrollar más profundamente este estilo de publicaciones, puesto que, como todos conocemos bien, las redes sociales tienen ciertas restricciones en cuanto a formatos y estructuras que pueden llegar a ser limitantes en este sentido, el número de caracteres, los intereses dirigidos más hacia lo audiovisual, la gran cantidad de contenido que se genera minuto a minuto, etc.

Dicho lo anterior, Hive es una oportunidad de llegar a más personas y tener mayor alcance, no sólo para sembrar un cambio que pueda trascender, sino también como una oportunidad para seguir creciendo y aprendiendo a través de nuevas vivencias, poniendo a prueba mis propias estructuras y ampliándome a otros espacios y conocimientos.

Agradecida con @danielvehe @enmy @draojo y todo el equipo de @rutablockchain por adoptarnos, motivarnos y guiarnos en esta maravillosa iniciativa y por supuesto a @bluemist por su apoyo con el registro.

¡Que comience el viaje!