Era la Semana Santa del año 2005, estábamos aburridos en casa y decidimos organizarnos para ir de excursión a la montaña, surgieron varias opciones pero la mejor era ir a San José de Bolívar, un pueblito a 2 horas de Cordero en el estado Táchira.
En aquella oportunidad mi papá tenia una casa en San José de Bolívar, la casa tenia cocina, nevera varias habitaciones con camas; todas las comodidades de un buen lugar de descanso, así que decidimos ir de excursión a una montaña cercana a ese pueblo, allí, un primo, tiene una finca con una quebrada por la que corre agua cristalina, con cascadas y un paisaje espectacular.
Nos fuimos en autobus hasta el pueblo, fueron 2 horas de camino, ahí nos esperaba el primo en un auto rustico, este, nos llevaría hasta la entrada del camino que debíamos tomar para llegar a un conjunto de cascadas que están a unos 3 kilómetros subiendo por la montaña.
Llegamos a la entrada del camino, allí hay una casita muy bonita, acogedora, con muchas plantas en la entrada, una típica casa andina donde nunca falta un buen café con leche.
Comenzamos la travesía por la montaña, es un camino empinado con mucha vegetación, ese día estaba haciendo bastante sol pero sin embargo, por la altura de la montaña, se sentía el frío.
Subimos poco a poco, sin afán, nos tomo 2 horas llegar hasta las cascadas, y aunque llegamos acalorados por la caminata solo uno de los muchachos se atrevió a bañarse, el agua estaba extremadamente fría, solo al lavarse las manos se entumecían los dedos, de verdad parecía sacada de una heladera.
Una de las cascadas era muy alta, muy bonita, aquí les dejo una fotografía donde se ve (muy pequeño, hay que observar con detalle) uno de los muchachos en la cima de la cascada.
Como llevábamos comida, nos reunimos para compartir al lado de estas hermosas cascadas, que con el paso del agua producían un sonido muy relajante, que combinado con el paisaje de montaña nos dio un momento para aliviar el estrés y sacudirnos las malas vibras de la ciudad.
Antes de volver al pueblo, resolvimos acomodarnos en unas grandes rocas del lugar para hacer la ultima foto del día. Regresamos muy cansados pero también muy felices de haber visitado un espacio natural espectacular.
postdata: Yo no salgo en las fotos porque era el de la cámara :(