Latifundios inciertos
Pueden parecerles muy raras
estas insólitas y pasmas letras,
que mis dedos temerosos tantean.
Un sueño se instauró en mi cabeza,
imbuyendo una enredada incidencia.
Dormitaba entre cojines muy dulces,
con la paz y el sueño en mis sienes.
Abrazado por la reina noche estuve,
colmado en silencio en plena cumbre,
arribando repentino mi verdugo cruel.
Estaba en la cocina sereno y casto,
oteando una feria de un mundo fausto,
súbitamente de mi atención en arrebato,
me apartó perverso mi anfitrión impío
y despistado caí en un errante vacío.
Mis ojos buscando la alineación,
vislumbré el origen del horror,
vociferando cadenas de infamia
ahorcando mi cuello con una facundia,
invocando pretéritos demonios aciagos.
Una lumbre de desesperación dilata,
sobre la portada de una dócil yerta,
se derramó la culpa, y ese veneno,
me arrastró brioso a terreno caído
y a dormir jamás cedí tranquilo.
Escrito por @universoperdido. Viernes 7 de agosto del 2020
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