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Debería haber sabido mejor que confiar en ella. Ella siempre hacía las cosas al revés, y ahora toda su vida sentimental se arruinó por eso. No era justo que ella pudiera simplemente alejarse de todo lo que habían construido juntos sin siquiera esforzarse lo suficiente para salvar su relación.

Ahora nunca la volvería a ver, no después de todo este tiempo y esfuerzo. Todos esos años de ser fiel y devoto, todas esas noches que pasó preguntándose qué la hacía feliz para poder brindarle lo mejor, y luego, de repente, ¡puf! Así de simple, ella lo abandonó.

Sin ninguna explicación, su amor se había ido. Y como ella no le había explicado bien por qué no había nada que hacer excepto aceptar los hechos, había encontrado a otro hombre y se iba. Fue entonces cuando dijo que se había terminado entre ellos, y eso fue exactamente lo que sucedió.

Pensó en la forma en que la había visto antes de irse. La última vez que la vio, ella había estado usando jeans ajustados y una camisa escotada, y se había sentido tan incómodo al verla vestida como si fuera a salir con otra persona.

Pero ahora, fue triste para él darse cuenta de que tal vez nunca la volvería a ver, recordó cómo había sostenido su rostro contra su pecho después de pasar una noche juntos y cuánto parecía disfrutarlo. Cómo solían divertirse juntos y no parecían preocupados por nada. Esos días habían quedado atrás. Ahora, ella era fría y distante, y él sabía que ella debía estar pensando en otra cosa. Otra cosa que no fuera él.

Tom notó lo vacío que parecía su apartamento de repente. Ya no había fotos de ellos juntos. Su escritorio estaba limpio y libre de desorden. Lo habían hecho todo, y ahora todo estaba terminado. Le faltaba la ropa de ella y no podía encontrar nada que le perteneciera.

Cuando revisó sus cajones y armarios, se dio cuenta de que ella se había llevado todo. Compartieron tantos recuerdos juntos que ahora eran un triste pasado lejano. Ella lo había tirado todo.

Se preguntó qué pasaría si intentaba contactarla, pero decidió no hacerlo, no valdría la pena su tiempo. Se sintió derrotado. ¿Qué se suponía que debía hacer ahora?

A pesar de que ella lo había dejado, la idea de vivir sin ella era más difícil de lo que él esperaba. Esperaba que algún día, de alguna manera, ella pensara en él. Tal vez ella recordaría los buenos momentos que pasaron juntos, y tal vez entonces él tendría otra oportunidad de demostrarle su valía.

Un día, pronto, se prometió a sí mismo. Algún día, ella regresará y pedirá perdón. Luego, ella le decía lo arrepentida que estaba, y podían intentarlo de nuevo. Junto. Imaginó que todo sucedía y sonrió.

Mientras Tom continuaba caminando por la montaña, vio que alguien había encendido un fuego allí y colocó varias sillas a su alrededor. Cuando se acercó al grupo de personas sentadas alrededor del fuego, reconoció a un hombre que estaba hablando con otras personas.

A medida que se acercaba, escuchó su nombre mencionado:

— Tom, un tipo gritó, sonriendo.

— ¡Oye, Tom! el mismo tipo volvió a llamar. Un momento después, reconoció a Peter, que era un amigo suyo de la universidad. Fueron compañeros de cuarto durante su primer año.

Peter se puso de pie y se acercó a él.

— Te ves muy bien, amigo. No te he visto desde hace años.

— Sí, bueno... He estado bastante ocupado últimamente. Pero me alegra verte aquí también.

Se dieron la mano.

Tom le contó a su amigo Peter todo sobre su relación fallida y cómo se sentía miserable por perder a su amada. Peter escuchó atentamente y asintió, sin decir nada. Después de que Tom terminó de contar su historia, se volvió para mirar a Peter, que estaba mirando las llamas.

— ¿Cómo están las cosas contigo? Preguntó Tom.

Pedro apartó la vista de él y no dijo nada por un momento. Eventualmente, comenzó a hablar compartiendo la historia de su vida durante los últimos años. Su conversación se sentía como retroceder en el tiempo cuando eran compañeros de cuarto y hablaban de todo. Se sentían como hermanos.

Después de un tiempo, todos tuvieron que abandonar la montaña y regresar a sus hogares. Mientras se despedían, Peter le dijo a Tom que estaba seguro de que iba a solucionar sus problemas lo suficientemente pronto. Así que no debía preocuparse por ello y que todo iba a salir bien. Tom agradeció sus buenos deseos y se fue a su carro.

Al llegar a casa, decidió revisar su teléfono ahora que tenía una conexión disponible y para su sorpresa, tenía una llamada perdida de su ex novia con un mensaje de voz esperando a que lo escuchara, sin pensarlo dos veces presionó el botón "play" y sus ojos comenzaron a brillar una vez más.