VERSION ESPAÑOL ❤
Es verdad, el amor es tan valioso como el aire mismo, si nos falta la vida entristece porque el amor nos enternece, pero sin el aire dentro de nosotros "no podemos respirar" morimos sin cesar, es una paradoja que el Covid sea una enfermedad que nos robe el aliento, tan igual como el amor lo hace cuando crece por dentro. Más sin duda siempre preferimos estar enfermos de amar, que simplemente estar muriendo.
¿Miedo?
Sin duda, fueron tiempos de miedo, de depresión y tristezas, el no saber si podías volver a ver a los demás, volver a abrazar o a tocar. Por mi parte tantas veces anhele una perpleja normalidad que creía necesaria, era una normalidad tan lejana que volviera. Fueron muchas noches, oraciones, angustias y más. Ver despedidas que no creíamos posible, incluso hoy nos enteramos de algunas personas que se fueron en aquel tiempo de un breve destierro.
De lejos es como si todo habría estado encapsulado, pero de pronto el Covid nos tocaba y los miedos quedan atrás. El amor en tiempos de Covid para mí fue enfrentar el tiempo que batalló mi madre con la enfermedad, mientras estuvo aislada la enfermedad para nosotros no existía, el amor nos hacía inmunes ante el deseo de ver a nuestra madre recuperada. Ya no existía el temor y ella no sabía que su enfermedad nos podía llegar, nunca se lo hicimos ver porque a nuestro lado estaba de pie la fe.
Fue una batalla dura, fue plantearse la falta y sentir que el corazón fingía dureza. Pero Dios en su nobleza siempre escucha a los que rezan, dicen por allí en tono de voz creyente, y hasta los que no creen rezan cuando es necesario salvar una vida de alguien que nos pertenece.
Ese tiempo marcó una diferencia de antes y después, para todos fue estar lejos, estar ausentes, estar batallando guerras y hacernos fuertes. Somos una sociedad que en tiempos de Covid amó más de los que hemos amado antes, quizá algunos no se transformaron, otros sin duda cambiamos.
En todos los planos de nuestra existencia aprendimos a valorar lo más sencillo, lo auténtico, aprendimos que las personas son tesoros y que el tiempo compartido es la sutil caricia de la existencia. Amamos y así el mismo creador nos hizo fuertes.
No estamos preparados para otra pandemia, nunca estaremos preparados para soportar las despedidas, los que tuvimos la suerte de ver a nuestros seres queridos aferrarse a la vida no queremos tampoco otra prueba, pero si aprendimos el valor del amor en cualquier tiempo, en cualquier plano o dimensión en el que pueda girar la tierra.
Hoy pedimos con clemencia que todo lo malo se aleje, que nuestro cuerpo aprenda a luchar y ganar las guerras, porque definitivamente el amor en tiempos de Covid no fue una realidad ni medianamente buena, fue un mal recuerdo, un sin sabor que nos queda y la convicción de que el amor es el que reina con la esperanza que a veces no nos deja.
ENGLISH VERSION ❤
Love in the time of Covid
It is true, love is as valuable as air itself, if we lack life it saddens us because love makes us tender, but without the air inside us "we cannot breathe" we die without ceasing, it is a paradox that Covid is a disease that robs us of breath, just as love does when it grows inside. But no doubt we would always rather be sick of loving, than simply dying.
Fear?
Undoubtedly, they were times of fear, depression and sadness, not knowing if you could see others again, hug or touch again. For my part, so many times I longed for a perplexed normality that I thought was necessary, it was a normality so far away that it would return. There were many nights, prayers, anguish and more. Seeing goodbyes that we did not believe possible, even today we learn of some people who left in that time of a brief exile.
From a distance it is as if everything had been encapsulated, but suddenly the Covid touched us and fears are left behind. Love in Covid's time for me was to face the time my mother battled with the disease, while she was isolated the disease did not exist for us, love made us immune to the desire to see our mother recovered. There was no longer fear and she did not know that her illness could reach us, we never made her see it because faith was standing by our side.
It was a hard battle, it was to ask ourselves the lack and to feel that our heart was feigning hardness. But God in his nobility always listens to those who pray, they say over there in a believing tone of voice, and even those who do not believe pray when it is necessary to save the life of someone who belongs to us.
That time marked a difference of before and after, for all of us it was to be far away, to be absent, to be fighting wars and to make us strong. We are a society that in Covid's time loved more than we have loved before, maybe some did not change, others undoubtedly changed.
At all levels of our existence we learned to value the simplest, the authentic, we learned that people are treasures and that shared time is the subtle caress of existence. We loved and thus the Creator himself made us strong.
We are not prepared for another pandemic, we will never be prepared to endure goodbyes, those of us who were lucky enough to see our loved ones cling to life do not want another test either, but we did learn the value of love in any time, in any plane or dimension in which the earth may turn.
Today we ask with clemency that all the bad things go away, that our body learns to fight and win the wars, because definitely love in Covid's time was not a reality nor a half good one, it was a bad memory, a bad taste that remains and the conviction that love is the one that reigns with the hope that sometimes does not leave us.
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