El atractivo de las virtudes [Esp-Eng]

La obra "Ética a Nicómaco" del gran filósofo griego Aristóteles describe las virtudes como hábitos que nos permiten alcanzar la excelencia moral y vivir una vida plena y feliz, lo que él llama eudaimonía. Según Aristóteles, la virtud es el punto medio entre dos extremos: el exceso y la deficiencia.

En este mismo orden de ideas, Aristóteles define la virtud como una excelencia moral que se alcanza a través de la práctica constante de actos virtuosos. Por ejemplo, la valentía es la virtud que se encuentra entre la cobardía (deficiencia) y la temeridad (exceso). Él creía que para vivir una vida virtuosa, uno debe encontrar este equilibrio en todas las acciones y emociones.

Sin embargo, he notado con preocupación que existe un culto a la maldad. Pareciera que los programas sobre narcos y mafiosos han servido para un propósito perverso de ensalzar tanto la actividad ilegal como a sus ejecutores. El propósito se ha logrado, creo yo, con éxito. Las mujeres se ven atraídas por fortunas y ya no se preguntan de dónde salen los capitales y lujos grotescos, solo les importa la abundancia.

Por otro lado, los hombres se han visto atraídos por las actividades ilícitas porque los valores distorsionados han dado más importancia al tener dinero sin importar el cómo.

Entonces, aunque las enseñanzas de Aristóteles parecerían no aplicar en la cultura reciente, la verdad es que sí aplican más que nunca. Las virtudes y su balance son esenciales para vivir en armonía y felicidad.

Además, la falta de virtudes en la familia afecta la calidad de las relaciones interpersonales. Las personas que no valoran la empatía, la cooperación y la comunicación efectiva suelen enfrentar dificultades para establecer y mantener relaciones saludables. Esto no solo afecta a las relaciones románticas, sino también a las amistades y relaciones laborales, creando un entorno social más conflictivo y menos cohesionado.

El hombre y la mujer que no valoren las virtudes en la pareja están condenados a relacionarse con personas no sanas y, en consecuencia, a tener relaciones no sanas. Lo preocupante de esto es que, sobre la base de esas relaciones no sanas, se establezcan familias que, de seguro, no van a tener el mejor resultado en los hijos.

Por ello, mi reflexión de hoy busca llamar la atención de los padres para que enseñen a sus hijos a valorar las virtudes éticas al escoger pareja. Eso no será garantía de felicidad, pero disminuirá las probabilidades de una relación disfuncional, pues Aristóteles tiene razón: las virtudes nos permiten alcanzar la excelencia moral y vivir una vida plena y feliz.

En este sentido, debemos entender que la ética y la moral tienen un valor práctico en la vida. Una familia y una sociedad integradas por personas comprometidas con una vida virtuosa garantizarán que cada vida se desarrolle en la confianza de estar rodeados y protegidos por personas virtuosas o con afán de virtud. Esto estimulará un círculo de virtud que, a la postre, traerá mejoría en nuestra calidad de vida. En fin, una vida virtuosa llevada por una familia virtuosa, será garantía y escudo de una familia sana y funcional.

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The work "Nicomachean Ethics" by the great Greek philosopher Aristotle describes virtues as habits that allow us to achieve moral excellence and live a full and happy life, what he calls eudaimonia. According to Aristotle, virtue is the midpoint between two extremes: excess and deficiency.

In the same vein, Aristotle defines virtue as a moral excellence that is achieved through the constant practice of virtuous acts. For example, courage is the virtue that lies between cowardice (deficiency) and recklessness (excess). He believed that to live a virtuous life, one must find this balance in all actions and emotions.

However, I have noticed with concern that there is a cult of evil. It seems that the programs about narcos and gangsters have served a perverse purpose of glorifying both the illegal activity and its executors. The purpose has been achieved, I believe, with success. Women are attracted by fortunes and no longer wonder where the capital and grotesque luxuries come from, they only care about abundance.

On the other hand, men have been attracted to illicit activities because distorted values have given more importance to having money no matter how.

So, although Aristotle's teachings would seem not to apply in recent culture, the truth is that they do apply more than ever. Virtues and their balance are essential to live in harmony and happiness.

Moreover, the lack of virtues in the family affects the quality of interpersonal relationships. People who do not value empathy, cooperation and effective communication often face difficulties in establishing and maintaining healthy relationships. This not only affects romantic relationships, but also friendships and work relationships, creating a more conflictual and less cohesive social environment.

Men and women who do not value virtues in the couple are condemned to relate to unhealthy people and, consequently, to have unhealthy relationships. The worrying thing about this is that, on the basis of these unhealthy relationships, families are established which, for sure, will not have the best results for their children.

Therefore, my reflection today seeks to call the attention of parents to teach their children to value ethical virtues when choosing a partner. This will not guarantee happiness, but it will reduce the chances of a dysfunctional relationship, because Aristotle is right: virtues allow us to achieve moral excellence and live a full and happy life.

In this sense, we must understand that ethics and morals have a practical value in life. A family and a society made up of people committed to a virtuous life will ensure that every life will develop in the confidence of being surrounded and protected by virtuous or virtue-seeking people. This will stimulate a circle of virtue that will ultimately bring improvement in our quality of life. In short, a virtuous life led by a virtuous family will be the guarantee and shield of a healthy and functional family.

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