Este pasado agosto, del 23 al 25, fue uno de esos fines de semana que sabes que vas a recordar por mucho tiempo. El escenario fue el centro comercial El Líder, un lugar que se transformó por completo para acoger la asamblea regional"Prediquemos las Buenas Noticias". Durante esos tres días, no solo tuve la oportunidad de ampliar mi círculo social y familiarizarme con muchos hermanos de otras congregaciones, sino que también experimenté un crecimiento espiritual que marcó un antes y un después en mi vida.
Desde el primer día, el ambiente estaba cargado de una energía positiva y acogedora. Ver la sonrisa de los hermanos nuevos fue increíble y ni hablar de los saludos ,su cariño hicieron que me sintiera en casa. Era evidente que todos estábamos allí por una razón común: fortalecer nuestra fe y aprender más sobre Jehová.
El programa estaba lleno de discursos inspiradores que abordaban desde la vida de Jesús hasta las profecías actuales. Cada presentación estaba tan bien preparada y entregada que no podía sino sentirme fascinado y animado a tomar notas de lo que se decía 1. Lo que más me impresionó fue cómo los oradores lograron conectar los eventos históricos y las enseñanzas bíblicas con nuestro día a día, haciéndonos ver la relevancia de nuestra fe en la modernidad.
Uno de los puntos más impactantes fue la profundización en la vida de Jesús. Entender sus acciones, su misión y su mensaje de una forma más íntima y detallada me ayudó a apreciar aún más el camino que he elegido seguir. Además, las explicaciones sobre las profecías y cómo se relacionan con nuestros tiempos me hicieron ver el mundo totalmente diferente.
Esta fue una experiencia de intercambio fue algo que definitivamente fortaleció mi fe y puso más sólido mi entendimiento sobre diversos aspectos de las Escrituras.
El aspecto social de la asamblea fue gratificante. Conocer a personas que comparten tus mismos intereses, pero que vienen de diferentes entornos y tienen distintas experiencias de vida, fue increíblemente poderlo experimentar. Formé amistades que sé que perdurarán y que serán un apoyo en mi camino espiritual. Estos nuevos lazos me han dado un sentimiento de felicidad más fuerte y la confianza de que, sin importar dónde me encuentre, tengo una familia espiritual que me respalda.
Además de los discursos, los momentos de alabanza y adoración a Jehová fueron profundamente conmovedores. Cantar y orar juntos, en un solo espíritu fue un momento tan especial. Por otro lado pude ver de lo que somos capaces de lograr cuando nos unimos en fe. La música alimentaba nuestros espíritus y fortalecía nuestros corazones, llenándonos de alegría y paz.
Al reflexionar sobre esos tres días en El Líder, me llevo no solo un conocimiento más profundo y una fe fortalecida, sino también una sensación de felicidad y plenitud que es difícil de describir. La asamblea regional “Prediquemos las Buenas Noticias” fue mucho más que un evento espiritual; fue una celebración de mucho aprendizajes para el crecimiento personal. Estoy agradecido por cada discurso, cada nueva amistad y cada momento de reflexión que experimenté.
En resumen, esta asamblea no solo me equipó con herramientas y conocimientos para fortalecer mi fe, sino que también me ofreció la oportunidad de ser parte de algo mucho mayor que yo mismo. Los recuerdos y las lecciones de esos días seguirán siendo una fuente de inspiración y guía en mi camino espiritual. Sin duda, fue un fin de semana para recordar y estoy seguro de que las enseñanzas obtenidas me acompañarán en cada paso que dé hacia adelante en mi vida espiritual.
traducido al inglés
A Weekend to Remember: Experiences and Learnings at the Regional Assembly "Preach the Good News" This past August, from the 23rd to the 25th, was one of those weekends that you know you will remember for a long time. The setting was the El Líder shopping center, a place that was completely transformed to host the regional assembly "Preach the Good News." During those three days, I not only had the opportunity to expand my social circle and become familiar with many brothers from other congregations, but I also experienced spiritual growth that marked a before and after in my life. From the first day, the atmosphere was charged with positive and welcoming energy. Seeing the smiles of the new brothers was incredible and not to mention the greetings, their affection made me feel at home. It was evident that we were all there for a common reason: to strengthen our faith and learn more about Jehovah. The program was full of inspiring speeches that covered everything from the life of Jesus to current prophecies. Each presentation was so well prepared and delivered that I couldn't help but be fascinated and encouraged to take notes of what was being said. 1 What impressed me most was how the speakers managed to connect historical events and biblical teachings with our daily lives, making us see the relevance of our faith in modernity.
One of the most impactful aspects was the deepening of Jesus' life. Understanding his actions, his mission, and his message in a more intimate and detailed way helped me appreciate even more the path I have chosen to follow. In addition, the explanations about the prophecies and how they relate to our times made me see the world in a totally different way. This was an exchange experience that definitely strengthened my faith and solidified my understanding of various aspects of the Scriptures. The social aspect of the assembly was rewarding. Meeting people who share your same interests, but who come from different backgrounds and have different life experiences, was incredibly exciting to experience. I formed friendships that I know will last and will be a support in my spiritual journey. These new ties have given me a stronger feeling of happiness and the confidence that, no matter where I am, I have a spiritual family that supports me. In addition to the talks, the moments of praise and worship to Jehovah were deeply moving. Singing and praying together, in one spirit, was such a special moment. On the other hand, I was able to see what we are capable of achieving when we unite in faith. The music nourished our spirits and strengthened our hearts, filling us with joy and peace. As I reflect on those three days at El Líder, I take away not only a deeper knowledge and a strengthened faith, but also a sense of happiness and fulfillment that is difficult to describe. The regional assembly “Preach the Good News” was much more than a spiritual event; it was a celebration of much learning for personal growth. I am grateful for every speech, every new friendship, and every moment of reflection that I experienced. In short, this assembly not only equipped me with tools and knowledge to strengthen my faith, but it also offered me the opportunity to be part of something much bigger than myself. The memories and lessons from those days will remain a source of inspiration and guidance on my spiritual path. It was certainly a weekend to remember and I am sure that the lessons gained will accompany me in every step I take forward in my spiritual life.