Inteligencia emocional en la infancia: la clave para un futuro de salud mental sólida

Espero que esten todos muy bien, y que esta semana que apenas está empezando sea de mucho progreso para cada uno de ustedes. Quiero hoy compartir mis pensamientos sobre un tema que considero vital para el futuro de todos los niños (futuros adultos), como lo es la inteligencia emocional en la infancia. Al igual que en el caso de la salud mental de los adultos, es necesario prestar atención a las emociones desde una temprana edad.

No se trata simplemente de enseñar a los niños a no llorar o a controlar la ira, no, eso es algo superficial, y hasta injusto, porque llorar es algo humano, sino de que aprendan a identificar, expresar y manejar sus emociones de manera adecuada, esto considero es lo más importante aquí. Esto puede marcar una gran diferencia en su salud mental a lo largo de sus vidas.


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Con mi experiencia de vida, he visto cómo la falta de manejo emocional impacta directamente en la salud física de las personas. El estrés, la ansiedad y otros desórdenes emocionales se reflejan en dolencias físicas que podrían prevenirse si desde la infancia se fomentara la inteligencia emocional.

De hecho, educar a los niños emocionalmente puede ser una de las estrategias más efectivas para reducir los problemas psicológicos en la edad adulta, ¿Qué opinan de esto?

Cuando un niño aprende a entender sus emociones, desarrolla una mejor capacidad para enfrentar los retos de la vida, así como interactuar de forma saludable con los demás y, sobre todo, a mantener una relación sana consigo mismo.

Esto es indispensable para que en la adultez, puedan manejar situaciones de estrés sin que se conviertan en problemas crónicos que afecten su bienestar mental y físico. Al fin y al cabo, el equilibrio emocional es la base para llevar una vida plena y en armonía.


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Lo preocupante es que si no educamos a nuestros niños emocionalmente, estamos criando adultos que dependerán de fármacos y terapias para enfrentar los problemas que pudieron haber sido manejados desde pequeños.

Y debo destacar en este punto que las terapias son buenas, incluso pueden marcar una diferencia aún cuando no tenemos ningún trastorno.

El hecho es que cada vez se diagnostican trastornos mentales a edades más tempranas, y esto es una señal de alerta que no podemos ignorar. Los niños que no aprenden a gestionar sus emociones tienden a desarrollar conflictos internos que arrastran hasta la adultez, afectando todas las áreas de su vida.


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Por suerte, existen muchas herramientas y enfoques para educar a los niños en inteligencia emocional. Desde pequeños ejercicios de respiración hasta enseñarles a verbalizar cómo se sienten. Lo importante es darles un espacio seguro donde puedan expresarse y aprender que sus emociones no son "malas," sino que forman parte de la vida.

Mi mensaje final es que es necesario fomentar la inteligencia emocional desde la infancia para que los niños crezcan siendo adultos con una salud mental sólida, capaces de enfrentar la vida con equilibrio y plenitud.

No soy padre, pero indudablemente puedo ver qué no es tarea fácil, y que cada vez parece ser más complicado, aún así, la educación emocional es algo que se puede enseñar desde temprana edad, y es una herramienta que será un gran pilar para el futuro adulto.

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