El juego como herramienta para conectar y crecer: reflexiones desde la adultez

El juego es parte del ser humano, es algo inherente, no sólo se trata de una manera de divertirnos, sino que en nuestra etapa de infancia nos permite afinar habilidades y destrezas motoras, así como nos mejora en muchos otros aspectos, como, por ejemplo, la capacidad de seguir reglas, de interactuar, de centrar nuestra atención, entre muchas cosas más.

Por alguna razón, cuando nos hacemos adultos, e incluso mucho antes, cuando somos adolescentes, esa capacidad de jugar se nos he negada, o se le da otro enfoque, uno que se centra en la competencia, en demostrar dominio, poder, o ponerme por encima del otro, ya esa competitividad le resta lo lúdico y puede terminar convirtiéndolo en algo que sea -incluso- estresante, y no tiene lógica esto.

Por ello, la iniciativa Vinimos a jugar/Esa Vida Nuestra/Iniciativa №26 que nos ha traído @charjaim me parece muy interesante y vengo a participar y compartiendo mi visión al respecto. Quiero tomarme el atrevimiento de invitar a participar a @piensocrates y a @divergente1 a participar en la iniciativa.


Imagen de jatocreate | Pixabay

Hace algún tiempo, creo que, como 5 años, participé en una jornada en la que el tema central era la comunicación, con la intención de mostrar como esta es la clave para que como humanos, siendo seres sociales, nos sintamos mejor tanto con nosotros mismos, así como con el entorno en general.

Hubo un grupo que se resistió a la realización de algunos juegos, ya que "se supone que íbamos a habla de comunicación", y no se entendía porque se debían hacer juegos, si era una jornada seria, de un tema serio, con personas serias. Esto es muy particular, porque resulta que luego nos dividieron en dos grupos, uno de ellos, lo que queríamos empezar con el juego, los otros, quienes no, y preferían hacer una dinámica escrita reflexiva.

En eso pasamos unos 25 minutos, fue el inicio, y luego nos movimos a un espacio donde si estaban las sillas para empezar con lo formal, o al menos así lo percibí.

Noté que quienes habíamos empezado con el juego, estábamos con más energía, más dispuestos a participar en otras actividades en el momento que pedían si alguien quería intervenir, a diferencia de quienes sólo decidieron escribir.

También noté que los del juego pudieron interactuar mejor entre ellos en todo momento, hubo más cercanía, más alegría incluso, y todo esto, debo atribuirlo a que el juego hizo su parte en este aspecto. No quiero decir que quienes no habían jugado no tuvieron nada bueno que aportar, o que se veían amargados ni nada parecido, pero si puedo decir que había un tipo de energía diferente entre quienes optamos por el juego como principio de la jornada.

Cómo adultos tenemos la tendencia a limitarnos mucho, a pensar en el que dirán, pero creo que todos hemos podido disfrutar de algunos minutos de juego con nuestros sobrinos, o con hijos de amistades, o incluso, con mascotas, porque nos saca de nuestra rutina.

A todos nos gusta reír, sentirnos bien, y casi todo juego tiene esa capacidad de hacernos sentir mejor. Y no necesariamente debe ser un juego que implique actividad física, también hay juegos de mesa que nos pueden sacar de lo habitual.

Ahora, si debo decir que fue la última vez que jugué algo similar, y que ha pasado algo de tiempo, pero fue un día especial, hasta el punto que puede recordarlo de manera especial. La adultes no siempre debe implicar una total seriedad o carencia de alegría. Un juego no nos hace menos, por el contrario, nos puede hacer viajar a buenos momentos de nuestra vida, así como crear algún recuerdo especial. Les deseo a todos un bonito fin de semana.

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