El 3 de julio es el onomástico del periodista Julian Assange y he leído en la gran comunidad de #hive que se está planificando una vigilia mundial para celebrar la fecha y rechazar la decisión de la justicia del Reino Unido de extraditarlo a los Estados Unidos: el país a quien más le temen los amantes de la verdad.
Parece mentira que los países que encabezan la persecución y el vilipendio del periodista son aquellos que se abrogan el derecho de juzgar y señalar al resto de naciones que no respetan la libetad de expresión y parece mentira que el mundo aún compre la tesis de que esos son los países del primer mundo. El hecho objetivo es que Assange ha sido perseguido, traicionado y detenido por revelar verdades sobre el gobierno de los Estados Unidos y sus aliados, lo que nos lleva a pensar que, si tal vez hubiera construido su versión (como estilan los gringos para fabricar opiniones globales) quizás los resultados sean otros.
Por otra parte expuso que las informaciones "clasificadas" de los países poderosos no estaban tan bien resguardadas pero sobre todo, el doble rasero con que se se miden las distintas cosas en el mundo y cómo los medios están diseñados para fabricar verdades y desviar la atención de lo que realmente es importante. Desde que #WikiLeaks dio a conocer informaciones, que no eran sólo de Estados Unidos y la sumisa Europa, sino de la prensa mundial, pero el hermano más bravucón le gusta señalar y castigar al débil, pero no que le digan que también ha hecho cosas peores... Lo cierto del caso es que desde entonces la democracia perfecta ha puesto a trabajar toda la maquinaria de presiones y manipulación de la que dispone para apresar a Assange.
Europa le sigue el juego. El viejo continente, parece que el mote se debe más a la falta de voluntad que demuestra que a su influencia milenaria en el mundo y así la hipocresía se vuelve parte de la política mundial y vemos "medios" que dicen deberse a la verdad servir en bandeja de plata a la opinión pública un criminal por decir precisamente la verdad.
Quizás algunos de estos medios, parezcan familiares: ABC (España), The Telegraph (Reino Unido), The Guardian (Reino Unido), CNN (Estados Unidos) principalmente y obviamente sus lacayos en América Latina han enarbolado un discurso de terrorismo y una sarta de delitos informáticos para tratar de desprestigiar al activista. La libertad de expresión parece que no es tan libre después de todo, parece que es libre sólo para algunas cosas y para algunos países.
En Venezuela se sabe muy bien la desdicha de lo que son capaces los medios de comunicación, el doble discurso que manejan y los intereses que persiguen, que están muy alejados del bien colectivo. Los medios de comunicación que tratan de señalarse como relatores de noticias son sólo herramientas de control colectivo, forjadores de opiniones y maquilladores de verdades, fabrican verdugos y santos con la misma facilidad con que se cambia de canal, le sirven en bandeja de plata el mundo a los poderosos de siempre y cuando un Assange sale por allí, lo aniquilan moralmente antes de que la justicia haga lo propio.
Ojalá la vigilia por Assange sea inmensa, que al policía del mundo no le quede otra alternativa que recular, porque desde el mismo momento que llegue un portador de la verdad al país más inseguro del mundo para un revolucionario, se moriría toda la esperanza de un mundo con esperanza...
