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Viendo esta obra artística, me abstraje a la mente en los albores del Ser Humano.
Aquella mente primitiva, cuyo objetivo superior era la supervivencia, desprendiéndose lentamente a través de las eras de un mundo salvaje y, ascendiendo con el paso de las generaciones, a niveles superiores de adaptación y subsistencia.
Esa mente reconoce su entorno solo para esconderse, acechar a una presa, un enemigo o huir de un depredador.
El olfato apenas sirve para reconocer cosas de interés: frutos, depredadores, el fuego espontáneo en alguna sabana o bosque.
Sus extremidades les permiten andar y asir con fuerza, mientras que su boca solo desgarra la carne y traga bocados apenas masticados.
Le temen al fuego..
Nuestro humano no comprende su cuerpo, sus manifestaciones somáticas mas complejas más que el hambre, sueño o peligro...
Mientras que ver, es decir, admirar las formas, colores y ese raro cuadro que vemos en algún horizonte, que convenimos llamar paisaje, no es propio de esa mentes, porque su mundo es gris en múltiples degradaciones. Muchos siglos tendrán que pasar para que, de forma lenta pero progresiva, se vayan llenando de colores los elementos que conforman su entorno. Y así, nuevas ideas se vayan estableciendo en el cerebro, creando conexiones neuronales, mientras germina y crece el neocortex.
Sus sentidos le sirven para estar alerta, pero son poco comprendidos por estos.
El oído es su sentido principal. Nunca se detiene, siempre activo ante cualquier sonido circundante que pueda representar un potencial peligro.
El oído siempre alerta, los ayuda a reconocer sonidos de su entorno. Es capaz de interrumpir cualquier sociego para mover a esas criaturas a preservar la vida.
Interesarse en los sonidos, los motivó a que luego intentarán imitarlos, permitiéndole al organismo construir nuevos movimientos y emplear múltiples músculos faciales e internos en la boca para recrearlos y llevar la mente a nuevos hitos de desarrollo.
Esos sucesos —insignificantes para la humanidad actual— fueron y aun son los que generan cambios biológicos que indefectiblemente se pasarán a las generaciones venideras, como actualización a través de los genes. Y serán reforzados y ampliados mediante las costumbres adquiridas por el clan.
Más adelante le llamarán a todo eso: cultura... Pero para el momento perdido en el tiempo de hace miles o millones de años, aún no. Porque apenas están haciendo ruidos con la boca.
El hombre no conoce el lenguaje. No tiene esa idea en su mente. Pero emite ruidos vocálicos con apenas algunos sonidos consonánticos. Le resulta novedoso y de estatus: poder hacer un ruido diferente al resto.
Este humano no habla tal como lo conocemos. No tiene un lenguaje y por tanto no existen las conversaciones. Sin embargo, comienza a identificar algunos objetos casi exclusivamente empleando la vocal "a" al inicio y de ahí cualquier ruido que lo acompañe o nota en la escala que sirva para mencionar algo como: "mah", quizá, para llamar a la madre.
Tal vez, la primera palabra concebida por la humanidad.
Son sonidos que según la inflexión, advierten, motivan o solo llaman la atención. Tan solo dos emociones tienen establecidas: rabia y amor. Ambos son emociones muy primitivas. La primera, es el resultado de la herencia bestial que arrastra del origen animal puro; sobretodo cuando hay hambre.
No tienen desarrollado el humor. Esto no existe y poca o ninguna empatía se desarrolla por otros seres humanos, a menos que haya un interés de cacería o sexual...
Mientras que el amor, es la primera emoción Divina, signo de majestad evolutiva y crecimiento espiritual. Y lo desarrollaron inconscientemente, mientras intentaban cohabitar con sus semejantes y aprendían a tolerarse.
La hembra primitiva cuida a sus crías hasta la edad en que son más ágiles y dejan de ser una carga, luego los abandona a su propio destino, hasta ser tolerados en el clan o rechazados.
Tolerarse es síntoma de que el Amor, como emoción para el desarrollo fraternal, se instaló en sus mentes para continuar evolucionando a estructuras más complejas de relaciones a medida que se cumplen los tiempos.
El hombre primitivo no vela por los hijos.
¡Su prioridad es cazar!
De esa manera está satisfecho y garantiza ciertos beneficios sexuales.
Se respetan las jerarquías, según la fortaleza de cada cual. Y las disputas se resuelven con una feroz pelea, donde el ganador se queda con la mayor porción de carne y la hembra. El perdedor muere o se marcha en busca de ser aceptado en un nuevo clan o morir en su intento a manos de cualquiera.
Las hembras cumplían otra labor importante. Su oído es más sensible y puede detectar el peligro y avisar a todos...
En general, el ser humano primigenio, con los sentidos más agudos, intenta reproducir lo que ve, lo que oye... Es por eso que un gran río, podía ser emulado en un charco... Bien sea para describir zonas.
Quizá, mucho antes de pintar en cuevas o en piedras, el humano primitivo hará esculturas como las de la imagen, para asombro de unos, deleite de todos y ambición de algunos en hacer algo similar o superior.
Así imagino la epoca en la que la mente primitiva hizo su mas grande hallazgo: montar una piedrita sobre otra... emulando a la naturaleza.
La primera Gran Escultura. Tal vez perdida, tal vez oculta, pero de tiempos muy remotos. Ese evento significó un verdadero adelanto e ingenio de aquella mente primitiva al hacer algo con lo poco comprendido. Pero ellos, ni se enteraron.
Pd. El de la imagen está muy lindo y complejo para el ser humano primitivo, pero de igual forma hubiese sido un gran estímulo para aquellas mentes en expansión...
Sigan hermosamente guapetones.
Saludos y bendiciones.
Siempre alummno en todas mis rrss. Si, con doble "m".