Concurso de cuentos #fotocuento - Semana 10: Bart El Negro

¡Hola y feliz inicio de semana, mis estimados lectores! Les traigo mi tercera participación en este maravilloso concurso "Fotocuento", auspiciado por la dueña de la siguiente preciosa fotografía, @rahesi. Si quieren participar, solo hagan click AQUÍ para leer la convocatoria.  

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Los veleros salieron del puerto con el viento cantándoles los secretos de los mares. Todos ellos, perteneciente a una pequeña flotilla del Protectorado Pirata de las Minas Calavera, se dirigían hacia el gran puerto de Tortuga, al otro lado del mundo. El viaje, si mal no recuerdo, duraba solo tres días de tranquila travesía, pues ambos puertos estaban uno tan cerca del otro.

Por ambos lados les escoltan grandes buques piratas, siempre listos para repeler el ataque traicionero de alguna flota militar enemiga. Uno de esos barcos enormes que estaban sirviendo de escolta era el Fortune, del indomable Bart "El Negro" Roberts. Un navío portentoso y peligroso sin ningún rival, de belleza inigualable,  y con unos 30 cañones distribuidos a lo largo y ancho, inspirador de un miedo tan absoluto como su dueño.

Y hablando de él, recuerdo conocerle una noche en una parte de las Antillas. En ese entonces yo había empezado mis actividades como filibustero atacando barcos franceses. ¡Oh, por el demonio!, ¡jamás había visto luchar a semejante bestia infernal de manera asombrosa! Por un momento creía que las historias que narraban sobre él eran niñerías, pero lo que he visto me despejó todas las dudas.

Con dos espadas de hoja plateada, ¡plata genuina, en verdad!, se abría paso en el camino cercenando cuellos y extremidades; sus ojos, dorados como el oro, reflejaban pasión y espíritu tan digno de los piratas. Como si la Muerte se hubiera encarnado, en medio del combate ha enviado al cielo o al infierno a 30 infelices. Algunos de ellos empezaron a retorcerse apenas entraban en contacto con las hojas de sus espadas, transformando sus carnes en llagas negruzcas; de sus bocas salían sangre espumosa mientras que él mordía el cuello de uno de ellos para beber su sangre.

No recuerdo haber sentido tanto terror como aquella noche de Nochebuena de 1710. No recuerdo haberle tenido tanto miedo y respeto a un hombre... Un vamphum como a Hvitserk Ragnarsson, Bart El Negro para nosotros. 

Aquellos que dicen que yo, Edward Tatch "Barbanegra", era el más terrorífico de los piratas, no conocen el miedo verdadero. 

Y dudo que quieran conocerlo.

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