Nunca es fácil hablar de los sitios que te llenaron de gozo cuando la nostalgia de amiga pasó a ser amante, aún así con este sentimiento encontrado de felicidad y tristeza intentare narrarle y mostrarle lo que fue tal día mágico para mi.
Nos levantamos temprano, empacamos; suéteres, chaquetas, cámaras, comida, licor, dulces, sofa...
Salimos desde Ejido, siempre es un tramo largo hasta el terminal y ahí, nos montamos en el bus con dirección al páramo Mérideño.
No teníamos gran capital, solo ganas de llegar hasta la laguna porque Lu quería hacer una sesión de fotos y usaría de modelo a Emily e Eyliana, así que gran parte de la ruta para llegar la hicimos a pie, aunque felices, disfrutando el paisaje y el frió del páramo
Llegamos a la laguna, podría describir mi emoción en varios niveles, primero con el estomago emocionado que respiras profundo de felicidad, segundo, desconectado de la ciudad, el éxtasis del sitio me obligo a caminar por entre frailejones y pinos alrededor de esa laguna gigante
tercero, sentirse infinito, la gente que uno tiene al lado no sabe cuando la volverá a ver o vivirá con ellos algo tan bello que parece uno haberlo soñado
Tomaron las fotos que necesitaban, recuerdo a Daniel muy feliz, también concentrado porque siempre ha sido un carajo disciplinado, recuerdo a Luvia que tenía poco tiempo de haberse declarado ELLA y que tan lindo le quedaba, me recuerdo deambulando mientras ellos trabajaban para la tienda de sombreros de Lu, nos recuerdo almorzando en ese restaurant y evitándonos todos las miradas pero tratando de hacer tema de conversación. A eyliana y a Emily que con pocas palabras lo decían todo, me recuerdo a mi emocionado porque justamente en la parada donde esperamos el bus de regreso paso un equipo de filmación grabando una escena de carros, nunca había visto algo así y la verdad creo que ninguno de los que estábamos ahí, también recuerdo a un amigo de Daniel que nos acompañó, no recuerdo su nombre, pero si su energía.
Ahí un sitio entre los arboles en el lado opuesto a la entrada de la laguna, que con gramita suave y una tenue entrada de luz puede cobijarte, ahí, ahí quiero volver con ellos o con nuevos amigos, ya aprendí que todo es efímero y la nostalgia poco a poco se me hace amena.
miss. sadeyes||sep 2018